En unos días se elegirá un nuevo parlamento sueco que, a su turno, elegirá el primer ministro y éste a su gabinete.
Han pasado 8 años (dos períodos) en los que Suecia ha sido gobernada por una alianza de centro-derecha, que rompió 12 años de hegemonía “socialista”.
Durante todo el tiempo anterior a 2006, la Socialdemocracia gobernó en minoría, pues, nunca llegó a la mitad más uno, ello produjo en el seno del parlamento un juego democrático muy provechoso para la sociedad. El partido de gobierno (Socialdemócrata) para lograr mayoría necesitaba de acuerdos “técnicos” en el parlamento, algunas veces lo hacía con el Partido del Medio Ambiente (Verdes), la Izquierda (ex comunistas) pero también con partidos como el Liberal y el partido del Centro (ex partido campesino). Esos acuerdos eran puntuales lo que no implicaba alianza o “frente”.
Hace ocho años la derecha, llamada en Suecia “partido Moderado”, se le ocurrió la idea de hacer una alianza pre electoral con los partidos Liberal, Centro y Demócrata Cristiano para formar un gobierno de mayoría y desalojar a la Socialdemocracia y obligarla a formar otro frente o alianza con los medioambientalistas y con los excomunistas y crear un eje falso entre “derecha e izquierda”. La pretensión era convertir la democracia del consenso en la del rodillo (la expresión la robé del contexto boliviano).
La Alianza de centro derecha ganó las elecciones de 2006 y, con su mayoría, desarmó más de la mitad del proyecto socialdemócrata, que había sido apoyado por la mayoría de los partidos con excepción de la derecha (Moderados) y la Democracia Cristiana. Las privatizaciones no se dejaron esperar sobre todo en el campo de la educación, la salud y se bajaron los impuestos.
En el segundo periodo de estos últimos cuatro años, la Alianza de centro derecha gobernó en minoría porque apareció en el panorama político la extrema derecha (neo nazi) como el fiel de la balanza. La Alianza de centro derecha rechazó el apoyo de los extremistas neo nazis y quedaron paralizados, fueron cuatro años “administrativos” y nada más, por eso es posible que en las elecciones del 14 de septiembre la Alianza de centro derecha deje el gobierno sueco.
Todo este engorroso preámbulo sirve para explicar que la democracia debe tener en cuenta a las minorías que son los factores equilibradores del sistema. Esas minorías tienen también derecho a que sus propuestas sean discutidas, tal vez modificadas y consensuadas para ser ejecutadas.
La democracia del rodillo es “semi autoritaria”, semi digo porque los aplanadores responderán a la crítica diciendo que han obtenido la mitad más uno, que – según ellos – es “carta blanca” para aplicar en “exclusiva” su política por mucho que afecte a la otra mitad, aunque fraccionada políticamente es la otra mitad del país. Eso del “centralismo democrático” es un invento estalinista que suponía la “obediencia de la minoría a la mayoría”, quizá el invento sirvió cuando se militarizó el proyecto o cuando la guerrilla debió tomar un acuerdo estratégico en el campo de batalla. La democracia es el invento que sustituye la guerra por el acuerdo, por la negociación. Una síntesis del sistema es el “diálogo”, lamentablemente en Suecia se intentó suplantar el diálogo por los monólogos yuxtapuestos tan comunes en América Latina.
Este texto está escrito para un diario boliviano, pues en el país de mi nacimiento se celebrarán elecciones muy pronto, por eso quería contarles mi experiencia sueca que, quiero hacerme ilusiones, les pueda servir en algo.
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