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Domingo 28 de febrero de 2010

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Revista Dominical

El Corso Infantil un espacio en el que los niños son parte de la Obra Maestra

28 feb 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Alicia Navía Mier

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El Corso Infantil instaurado hace 63 años gracias a la iniciativa de socios del Círculo Cultural y Social Ateniense, es el espacio donde los niños demuestran sus dotes de artistas, tras observar la gracia, belleza, colorido, coreografía de los conjuntos folklóricos en la Entrada de Peregrinación del Carnaval de Oruro, que fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación , la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

La actividad que se desarrolla una semana después del Sábado de Carnaval, es la oportunidad que esperan muchos niños para participar en un acontecimiento similar que observaron, al no poder ser parte de la Entrada debido a problemas económicos o de carácter institucional, puesto que a nivel de la Asociación de Conjuntos del Folklore se limita su participación porque supuestamente retrasan la entrada devocional.

Este hecho hace que muchos padres de familia preparen para sus hijos disfraces para que participen del corso o carnaval infantil con el objetivo de ganar un premio, motivo por el que muchos chiquillos se preparan con alborozo y mucho entusiasmo para ser partícipes de este evento, donde se integran niños de todas las clases sociales en una fiesta preparada sólo para ellos.

Según los socios fundadores del Círculo Cultural y Social Ateniense, quienes tuvieron la magnífica idea de promover la entrada del mini carnaval, se pretendía brindar un espacio donde los niños se desenvuelvan para que a futuro sean parte de alguno de los conjuntos que participan en el Carnaval de Oruro.

La primera convocatoria fue emitida en el año 1947 en base a un reglamento, que fue más un listado de medidas aconsejables, para la buena realización del evento, como el de evitar el uso de vehículos motorizados, debiendo darse preferencia a los vehículos infantiles, tales como triciclos, autitos, cochecitos y otros.

Emitida la convocatoria, los padres de familia se pusieron a confeccionar los trajes para los pequeños concursantes, lo que motivó que las tiendas y bazares de esa época no den abasto a la demanda.

El recorrido de ese primer evento folklórico, fue publicado en LA PATRIA, según el trabajo de investigación realizado por Jesús Elías Lucero, quien en base a pequeñas notas publicadas en medios de comunicación escrito, recopiló la historia del Corso Infantil, mediante los cuales se conoce que los atenienses determinaron realizar el primer Carnaval Infantil el Domingo de Tentación de 1947.

Según se conoce, Luis Lazzo Quinteros, Héctor Estívariz entre otros, reunidos el Miércoles de Ceniza, elaboraron en tiempo récord las notas a ser enviadas a las autoridades y medios de comunicación para oficializar la convocatoria al primer Corso Infantil que realizaría el 23 de febrero de 1947.

Este partió de la plaza Abaroa, actual parque Bolívar, y recorrió la calle La Plata, concluyendo en la plaza principal, conocida ahora como 10 de Febrero.

El jurado del primer corso estuvo constituido por el prefecto del Departamento, Jorge von Borries; el alcalde municipal, Armando Renjel; el director del periódico Noticias, Arturo Perales Santander y el director del periódico LA PATRIA, Enrique Miralles Bonnecarrere.

Los miembros del Ateniense, en esa oportunidad se abstuvieron de ser partícipes del jurado para otorgar los premios a los ganadores.

La fiesta de los niños se inició a las 10.00 horas con la retreta ofrecida por la Banda de Música de la Brigada Departamental de Carabineros y la banda Militar del Regimiento Camacho, preparando el ambiente para la gran demostración infantil, los niños llegaban como cuentagotas, según narra uno de los periódicos de la época, a la calle Murguía y La Plata.

En el primer carnaval hubo una masiva presencia de niños, quienes estuvieron en busca de la distinción del jurado calificador, según las publicaciones del periódico Noticias de esa época, participaron alrededor de 400 niños de los cuales un cuarenta por ciento se presentó en pequeños carros alegóricos arreglados por sus padres.

Hubo la participación de lindos y originales disfraces como la del aguatero, la gitana que portaba un perro y un mono; la bruja y un grupo de diablos.

El jurado calificador entregó diplomas individuales a los patitos y la Diablada , cajas de bombones a los dos sulkys, juguetes, aguatero Alberto, patito de plumas Ekeko, Noel, cisne blanco, gitana con mono y perro, primavera, jockey y bruja.

El directorio del Círculo Cultural Ateniense, pidió al director de LA PATRIA que mediante sus páginas haga extensivo el agradecimiento a las autoridades locales que en forma entusiasta cooperaron al éxito del Corso Infantil realizado el 23 de febrero, donde se proporcionó los medios para lograr que la actividad tenga los resultados positivos que obtuvo.

“El éxito obtenido en nuestro primer intento nos llena de satisfacción… nuestro agradecimiento lo hacemos extensivo a los señores directivos de las radios Oruro, El Cóndor y Mercurio que en forma desinteresada colaboraron a la propaganda necesaria e igualmente a usted que prestó deferencia a nuestro pedido de cooperación”, menciona parte importante de la nota enviada al periódico y publicada el 27 de febrero de 1947.

De esta manera se realizó la primera entrada carnavalera de los niños, más conocida como Corso, donde los niños de forma individual, en parejas o grupos participan en busca del primer premio que otorga el Círculo Cultural y Social Ateniense, aunque de esa época a la actual algunos hechos cambiaron, motivo por el que ya debería existir un reglamento en el que se base el jurado para realizar la calificación de la participación de los niños, especialmente de los 48 conjuntos folklóricos.

Respecto al jurado calificador, debería estar compuesto por personas sin ningún tipo de relación con algún conjunto folklórico que participa en el Carnaval, puesto que en el Corso Infantil, participan bloques o grupos de niños que son parte de una de las 18 especialidades y no se valora de forma neutral su presentación, motivo por el que cada año los niños que son merecedores de estas distinciones, se quedan con la moral baja ante el gran esfuerzo que representan los ensayos dominicales durante tres meses seguidos y la realización de la coreografía, que en muchos casos, es la misma que efectúan los adultos.

Esperanzados que se actualicen algunos detalles de acuerdo a la época en la que vivimos, esperamos que año que pase, el Corso Infantil, sea una parte importante de todo lo que significa la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Fuente: LA PATRIA
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