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Jueves 04 de septiembre de 2014

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Ecológico Kiswara

Editorial

Bolivia y los transgénicos

04 sep 2014

Fuente: LA PATRIA

La cuestión de los transgénicos en Bolivia tiene muchos matices, ya que por el año 2010 el Presidente Evo Morales Ayma le declaró la guerra a los alimentos modificados genéticamente, pues aseguraba que producían calvicie, en la cumbre de la Madre Tierra en Tiquipaya aseguró que por eso los europeos eran calvos.

Si bien el adagio señala “eres lo que comes”, aún no se comprobó que los transgénicos y los alimentos a los que se inyecta hormonas como el pollo causen efectos como la calvicie o la homosexualidad en las personas, tal como señaló Morales en esa cumbre de la Madre Tierra.

Para el año 2011 se promulgó la Ley de Revolución Productiva Comunitaria y Agropecuaria, apodada como Ley de la Madre Tierra, indicándose que la iniciativa buscaba proteger el “patrimonio genético” y la riqueza de la biodivesidad de Bolivia, en la que se prohibieron los transgénicos de este país.

Para el año 2012, la política alimentaria del Gobierno comenzó a cambiar ya que Morales abrió la posibilidad de modificar la Ley de la Madre Tierra con el argumento de que “más importante es alimentar al pueblo”, olvidándose de los argumentos que esgrimió en 2010.

Con ley o sin ley, lo cierto, según datos publicados en el blog el Anemógrafo, “en Bolivia la producción de soja modificada genéticamente alcanza un 98%, la frontera agrícola de la soya es de un millón y medio de hectáreas, con una producción anual de dos millones y medio de toneladas”.

Seguramente no es el único producto modificado genéticamente que se consume en Bolivia, pues hoy por hoy, producir en grandes cantidades, para abastecer a todo el pueblo boliviano y además exportar, es muy difícil que se realice de la manera tradicional, hasta los pequeños productores están recurriendo a los abonos químicos y a la manipulación genética de los alimentos, para acelerar el proceso agropecuario y abastecer a todo el mercado local, nacional y extranjero.

Algunas personas defienden que los transgénicos no son tan malos como los pintan y hay quienes creen que sería la solución para las crisis alimentarias que se viven en diferentes lugares del mundo.

Muchos se rasgan las vestiduras contra los transgénicos, pero luego retroceden en sus apreciaciones pues como lo dijo el propio Presidente Morales, “más importante es alimentar al pueblo”.

Fuente: LA PATRIA
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