Miercoles 03 de septiembre de 2014
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Editorial y opiniones
Economía de palabras
Vagos y malentretenidos
03 sep 2014
Por: Humberto Vacaflor Ganam
El caso de Mario Orellana, candidato a senador por Cochabamba, viene a mostrar que en el país hay anacronismos legales, como la disposición por la cual alguien puede ser encarcelado acusado de ser un peligro para la sociedad.
Esta norma policial, que data de 1886, ya era anacrónica y cavernícola antes de que llegara este gobierno: ordenaba que cualquier persona podía ser detenida y encarcelada siempre que el acusador demuestre que se trata de un peligro para la sociedad.
Con este gobierno, la medida dio un paso adelante: ahora es el acusado quien debe demostrar que no representa un peligro para la sociedad.
Las atrocidades de la Granja de Rehabilitación de los Espejos se cometieron bajo la sombra de esa disposición.
Alguien desarchivó la norma, que fue usada para limpiar las calles y canales de Santa Cruz de vagos y malentretenidos que podían dar una mala imagen a los huéspedes del G-77.
Pero ahora ha sido usada para castigar a un político que cometió el gravísimo delito de entregar una grabación del Presidente Evo Morales hablando ante sus seguidores donde revela que precisamente el G-77 fue organizado como “carajo, la gran campaña”.