Es el denominativo que según miles de comerciantes identifica a la mercadería usada que llega en centenares de fardos pese a la vigencia del Decreto Supremo 28761 que prohíbe su importación, pero que igualmente está abasteciendo los mercados de “ropa usada” en todo el país, pero con fuerte incidencia en el mercado de Oruro, donde se dice que se encuentran los más importantes depósitos de esta carga irregular.
Por lo que se observa en varias cuadras en calles ya conocidas en la ciudad, no sólo hay puestos de venta de ropa usada en las aceras, el negocio permite la apertura de tiendas que organizan sus ventas por especialidades, por ejemplo ropa deportiva, sacones, calzados, vestidos, pantalones, ropa de niños y hasta prendas íntimas, juguetes y peluches. Una variedad increíble de productos usados.
Para frenar este negocio el Gobierno el año 2006 dictó el D.S. 28761 que prohíbe la importación y venta de esta mercancía en defensa de la producción nacional, especialmente de textiles, aunque también reclamaron productores de zapatos y ropa de cuero, prendas de algodón y tejidos de lana.
El hecho es que la prohibición tuvo su efecto durante el primer mes de su aplicación, debido a la serie de controles que se implementaron para dar fiel cumplimiento a la restricción, sin embargo, más pudo la fuerza y la cantidad de fardos que se introducían vía contrabando que el D.S. fue quedando inútil para frenar el negocio de prendería de segunda mano.
Lo cierto es que no se ha frenado el ingreso de ropa usada. Son muchos los operativos que realiza la Aduana y decomisa centenares de la ilícita mercadería que en cuestión de días es reemplazada con nuevas toneladas de prendería que satura los mercados ya conocidos en varias ciudades y reabastece a las galerías instaladas para vender la que también se conoce como ropa américana y se sigue vendiendo en gran cantidad.
Los dirigentes del sector de los “ropavejeros” han planteado recientemente al gobierno la abrogación del D.S. 28761, argumentando que los comerciantes de ese producto desean legalizar el negocio, entendiéndose tal propuesta como una opción de formalizar la situación de este negocio y quien sabe por lo menos en la escala de los mayoristas, contribuir a través de los impuestos.
Según los dirigentes de la Comisión Nacional de Vendedores de Prendería Usada desean exponer al Primer Mandatario su planteamiento “comercial” para que abrogue el DS de prohibición de importación y venta de ropa usada, permitiendo el negocio lícito de cerca a un medio millón de personas en el país que viven de este negocio y de las cuales un 50 por ciento se movilizaría en los próximos días para plantear su reclamo en la Sede de Gobierno.
Este asunto ha sido considerado con anterioridad y un análisis del mismo incluyendo la Aduana no ha revelado decisiones concretas para imponer el D.S. de prohibición y lo único que se hace es atacar el ingreso ilícito de los fardos de ropa usada, pero la cantidad de mercadería es tan voluminosa que resulta prácticamente imposible impedir su abierto tránsito por la amplia frontera nacional en la zona colindante con Chile, desde donde proviene la prendería de segunda mano.
El negocio de venta de prendería usada es ilícito, por lo mismo está prohibido, pero no ha existido fuerza “legal” que lo impida, dadas además las condiciones “sociales” en que se amparan miles de “ropavejeros” para trabajar y subsistir sin crear conflictos sociales al Ejecutivo. Este es un tiempo oportuno para hacer planteamientos al Gobierno, por lo menos así lo entienden los comerciantes de ropa usada.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.