Obras sin planificación, doble gasto para la región
01 sep 2014
Por: Jorge Lazzo Valera
La ejecución de varias obras en nuestra capital generan un doble gasto para la región y ello se debe a la falta de planificación, porque primero se ejecuta lo último que tiene todo proyecto “con lógica estructural”, o sea el asfaltado de la vía, para luego iniciar con la construcción del alcantarillado, lo que demuestra a las claras que se trata de un proyecto no planeado.
Esos errores son reiterados y se convierten en la cotidianidad, porque los trabajos no tienen planificación y al parecer se quieren entregar obras que luego se convierten en un presente griego para los orureños, que soportamos las incomodidades de transitar por arterias y calles que siempre están en construcción.
El asfaltado de las calles debería ejecutarse, cuando ya se tiene una red para la distribución de agua potable, gas domiciliario, alcantarillado y si se trabaja con algo de modernidad hasta los cables de la red de alta tensión de energía eléctrica enterrados, para poner el asfaltado que debe ser lo último para no tener que abrir nuevamente las vías, como ahora ocurre en la principal avenida de ingreso al aeropuerto, donde recién se construye el alcantarillado con los perjuicios que eso supone y el alto costo que tendrá reponer el asfalto.
Similares obras se ejecutan en las calles de la ciudad, cuando se termina el asfalto, recién el vecino instala a su vivienda el alcantarillado y consecuencia de estos trabajos se tiene que destrozar el pavimento flexible que luego ya no es repuesto y genera un daño prematuro a una obra que debería durar un cierto tiempo y que ahora exige urgente mantenimiento.
Los costos de esos trabajos se asumen con los fondos públicos y como es sabido ese dinero proviene del pago de los impuestos que realizan los contribuyentes, que por cierto son un número reducido, pero que al final realizan un sacrificio para cumplir con el fisco, situación que no parece importar a las autoridades que improvisan obras y trabajos de “mejoramiento urbano” sin la adecuada planificación.
Las obras de desarrollo sin planificación son un freno y perjuicio al crecimiento urbano y requieren de urgente atención de las autoridades superiores de distintas instituciones públicas y municipales, para no seguir incurriendo en errores, como la información registrada que da cuenta que el proyecto puerto seco no tiene un diseño final, o que la remodelación y mantenimiento de la avenida de Circunvalación se ejecute en disputa por la Gobernación y el Municipio, sin adecuado diseño que más bien debería servir para completar una obra inconclusa de una anterior administración prefectural que al igual que el puente distribuidor de la avenida 24 de Junio, hasta la fecha esta inconcluso pese a figurar como una obra ya entregada.
A estos reclamos de los vecinos se suman otros errores de planificación como reconocen las propias autoridades universitarias en la construcción del coliseo de la Ciudad Universitaria, donde un “mal cálculo” no permite ver desde la última bandeja de arriba la cancha, escenario que tiene como principal objeto la construcción de ese campo deportivo.
Los errores de la improvisación suman y siguen cuando incluso en pequeños detalles se cometen gruesos errores, como el colocado de señalización en dos vías de alto tráfico como son las calles La Plata y Presidente Montes, ambas entre Sucre y Bolívar, donde los denominados “ojos de gato” causan más perjuicio que beneficio y perjudican el normal tráfico automotor.
Así una ordenanza municipal que regula la prohibición de estacionamiento de automotores en el casco viejo de la ciudad, motiva airadas protestas de los conductores, porque se instruye que las vías estén expeditas para un tráfico en dos vías, lo que no acontece porque los conductores de los denominados “minibuses” de transporte público se adueñan de las calles y cumplen su recorrido por el centro sin respetar ninguna norma, lo que ocasiona embotellamiento de todo el tráfico vehicular. Situación que es “bien aprovechada” por los efectivos policiales que salen incluso de las instituciones financieras y estatales a colocar boletas por mal estacionamiento en los motorizados y no aplican ninguna sanción a quienes desorganizan la circulación de los automotores, en clara acción discriminadora.
Para evitar más perjuicios a la población y daños a su economía, los trabajos, fruto de la improvisación, no deben tener cabida en Oruro y se tiene que aplicar la normativa vigente del antiguo Plan Regulador, mientras no se realice el estudio de Plan de Reordenamiento Territorial, que será el instrumento normativo para determinar el crecimiento urbano planificado, la ejecución de proyectos necesarios y no un gasto por justificar una ejecución presupuestaria que al final resulta ser un engaño. Ojalá las autoridades reflexionen sobre la importancia de la proyección, planificación y decisión de ejecutar obras urbanas que sirvan a futuro y no sean resultado de una acción hormonal para dejar la improvisación y el gasto insulso.
(*) Periodista
lapalabraencarnada@bolivia.com
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