Sábado 30 de agosto de 2014
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El cáncer cervical se trata de un tumor femenino que comienza en el cuello uterino, es decir, en la parte inferior del útero o matriz que desemboca en la parte superior de la vagina.
La causa más frecuente que está detrás de estos cánceres es el virus del papiloma humano (VPH), un virus muy común que se transmite mediante contacto sexual. Esta enfermedad de transmisión sexual (ETS) no siempre tiene como consecuencia el tumor, sin embargo existen algunas cepas de este virus que si lo provocan.
Los hábitos que mantenga o siga la mujer a la hora de mantener relaciones sexuales influyen de manera significativa en las posibilidades de que acabe sufriendo un cáncer cervical. Algunas prácticas sexuales de riesgo son: mantener relaciones sexuales a una edad temprana, tener múltiples parejas sexuales, por ejemplo.
En la mayoría de los casos, los pacientes que sufren cáncer cervical no presentan ningún tipo de síntomas inicialmente. Sin embargo, pueden aparecer algunos como: sangrado vaginal anormal entre menstruaciones, después de la relación sexual o después de la menopausia, flujo vaginal que no cesa y que puede presentarse pálido, acuoso, rosado, marrón, con sangre e incluso con olor fétido, periodos menstruales que duran más tiempo del habitual y que además son más abundantes.
Fuente: facilisimo.com