El tema de la diplomacia internacional y los argumentos que se utilizan para buscar acercamientos en unos casos o directamente alentar distanciamientos son parte de estrategias que se guardan como cartas bajo la manga y se las saca en un momento propicio, queriendo ganar terreno, por decirlo de tal modo cuando urgen algunas soluciones a los conflictos de límites o convenios.
Después de un día de la celebración de la Fundación de Bolivia, el Canciller chileno recibió en su despacho al vicecanciller de Bolivia y la cónsul en aquel país, representantes que fueron invitados a una cita de diálogo, sin mayores protocolos para hablar de “contenidos reservados”, por supuesto de interés de las dos naciones pero sobre todo del Gobierno de La Moneda.
El jefe de la diplomacia chilena concluida la amistosa reunión declaró que en la misma “se trataron temas de interés común, exceptuando el asunto marítimo”. El diplomático boliviano y nuestra representante en Chile obviaron cualquier explicación sobre lo tratado, aunque resaltaron la buena predisposición del ministro de RR.EE. de Chile que realizó la invitación y ofició como un anfitrión de alto nivel.
El vicecanciller boliviano ratificó la predisposición boliviana al diálogo como “el mejor camino que debemos transitar para superar nuestras diferencias”, añadiendo que (Bolivia) “pretende fortalecer y profundizar las relaciones con Chile y lograr una integración que va más allá de la voluntad de los gobiernos”.
Lo conversado, posiblemente lo determinado bajo reserva especial, se informó en detalle a las autoridades superiores de nuestro país, así debió suceder y diplomáticamente detalles de ese diálogo se mantienen en reserva, lo que muestra otra faceta interesante de negociaciones respetando en ambos casos lo dicho y lo acordado para un futuro de mayor consideración de la suspendida agenda de 13 puntos, ahora menos uno, el tema marítimo.
Lo que se rescata es la apertura chilena al diálogo con una invitación oficial y formal al segundo hombre de la diplomacia boliviana, con un resultado muy satisfactorio al considerar que en ese hecho “hay una muestra de buena predisposición”.
Del diálogo con Chile hay que remitirse al que no puede concretarse entre los mandatarios de Bolivia y Perú, con una agenda postergada en más de dos ocasiones y con un tema pendiente que preocupa en estos lados y es que el poder legislativo “incaico” no ratifica el Protocolo de Ilo, que es el referente más importante para concretar la cesión territorial de un espacio en el que podremos erigir el Puerto Boliviamar, que data ya de un acuerdo inicial firmado por el exmandatario peruano Alán García.
Para Bolivia el tema marítimo con Chile podría resolverse con una resolución que imparta la Corte Internacional de La Haya, aunque al considerarse el delicado problema, los analistas entienden que en el tema final de límites, el vecino amigo, Perú, deberá sacar la llave (diplomática) para facilitar cualquier acuerdo que surgiera sobre el asunto.
Sin embargo la Embajadora de Perú en nuestro país declaró públicamente que hablar de “llaves y candados” es prematuro cuando Bolivia y Chile están en el inicio de una demanda en La Haya. No hay que olvidar que la CIJ, falló en un litigio a favor del Perú, que días atrás consolidó su pertenencia fronteriza, hecho que no le gustó al tercer vecino, Chile, que anticipó “representar” la decisión peruana.
Fuente: LA PATRIA
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