El deterioro de la democracia participativa y...

A este respecto, permítaseme hacer una referencia histórica; lo manifestado por aquel expresidente de los Estados Unidos de Norteamérica como fue Abraham Lincoln, al que se lo consideró el mayor defensor de la abolición de la esclavitud en el mundo, por su discurso en Gettysburg al expresar que: "La Democracia es el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo”... conforme tradicionalmente se nos ha enseñado en la Universidad, aunque actualmente ya existan otras acepciones más amplias sobre la democracia; esta expresión como principio de vida y un ideal deseado está muy bien; pero queramos ver en la praxis el desarrollo de ese preciado ideal de manera plena, no la encontramos; aunque queda abierto el derecho al beneficio de la duda y se tengan posiciones diferentes, porque es un derecho ciudadano el disentir.

Sencillamente se detecta que el peor enemigo de la democracia en los últimos tiempos, había sido el interés creado, enfocado desde sus diferentes ángulos y en todos los campos de vivencia, más en el político, siendo este personal o de grupos de dominio, que sigilosos y en el momento que ven oportuno, sin disimulo alguno arremeten con zarpazos al peculio del Estado, para obtener el mayor beneficio posible, que asegure la vida por lo menos de unas tres generaciones de su entorno familiar, si no es de más, a muchas "plurigeneraciones", con intereses hábilmente camuflados en supuestas proposiciones de beneficio general, cuando a la distancia resplandece que eso no es así (lo de "pluri" porque está de moda, se me ocurre condimentar la cotidianidad con esta sazón de la época, aunque resulte algo cursioriginario e intercultural, que no resulta atinado y propio por ser innecesaria su utilización en un regular manejo de la lengua castellana).

Lamentablemente, la democracia se la maneja en la medida de la conveniencia personal, o en el mejor de los casos, de acuerdo con la profundidad, holgura y la capacidad de recepción del bolsillo de cada uno, así es cómo se va deteriorando este anhelado ideal, que conjuntamente la justicia y las leyes van desangrándose, porque no le damos ese hálito de buen vivir en la plenitud de sus sanos propósitos. Más aún cuando estamos en un clima de ambiente político electoral, mayor debía ser la exigencia de conducirse en democracia de verdad, sin embargo, vemos que un determinado acto para unos es excelente práctica democrática, para otros no lo es, o cuando algunos sectores sociales rurales de manera alevosa y abiertamente manifiestan impedir el ingreso a sus territorios, a partidos políticos que no sean de su preferencia para hacer campaña y propaganda electorales, sin que autoridad alguna haga ni diga algo, o sean excesivamente parcos; vean cómo se incentiva la violación al libre ejercicio del pluralismo político señalado en la Constitución Política del Estado, en abierto desacato al cumplimiento de la norma o lo que es la apología del delito. ¿Dónde quedan los principios democráticos de la equidad en la participación política, la complementariedad, la participación política en condiciones igualdad, la equivalencia entre participantes electorales y la transparencia electoral?; no cabe duda de que todo ello con seguridad genera un clima de inseguridad jurídico electoral, que se puede revertir si existiera una verdadera voluntad política y conciencia ciudadana en gobernantes y gobernados.

En realidad, nos falta muchísimo por conocer, a lo que me incluyo, porque realmente es preocupante el contexto de desorden que atravesamos, y con sobrada razón desde afuera lamentablemente somos vistos como un país poco menos que prehistórico.

¿Por qué nos cuesta entender que no es práctica democrática, por ejemplo, la violación del “Art. 238 inc. c) de la Ley del Régimen Electoral referido a la coacción como delito electoral, al mencionar que los servidores públicos, policiales, militares o persona particular, que atemoricen o ejerzan violencia en contra de subalternos de sus dependencias o de cualquier ciudadano, para que se afilien a determinada organización política, o llamen a votar por alguna candidatura en un proceso electoral, serán sancionados con pena privativa de libertad, y destitución del cargo en caso de funcionario público”?, estas acciones violan el derecho político y ciudadano como es el secreto de la voluntad al voto, que es uno de los elementos más importantes del ejercicio de la democracia. Lógico es que los candidatos en este período tienen que llevar la mayor cantidad de agua a su molino, pero que lo hagan de manera que el ciudadano no se sienta fatalmente obligado a violar su propio e inalienable derecho al voto limpio, libre y sin influencias ni presiones de naturaleza alguna, he ahí el despropósito de las intencionalidades políticas de coyuntura que se vive.

Por un lado, de manera enfática a diario se dice desterrar el coloniaje..., pero contrariamente como en pleno ejercicio de actitudes de coloniaje y descarado sometimiento, se aprovecha de la ignorancia y se abusa la buena fe y confianza de incautos ciudadanos de ciertos sectores sociales, que lamentablemente tienen aún la desgracia de desconocer los alcances de las normas del juego electoral; y por otro, en el falso convencimiento de que serán creídos, se insulta la sabiduría de otros sectores que se dan cuenta de que andamos en terreno deleznable, lastimando el sentimiento de la sociedad, ¿o se tendrá la mentalidad de gobiernos de facto, para quienes solo era necesario que sus gobernados les sean fieles y dóciles, y no desperdicien energías generando ideas?

Es cierto que la embriaguez de poder corrompe, y cuando esa embriaguez de poder es total, la corrupción también será total; así, se entra en un terreno de absoluta ambigüedad y una fatal confusión, porque los que lamentablemente no están al alcance de hacer un breve análisis del caso, particularmente los jóvenes, creerán que esas prácticas son normales y que forman parte de la democracia, etc. Se está dejando un mal y equivocado precedente de lo que consiste en el fondo practicar una verdadera democracia, cuando por comisión u omisión se está haciendo costumbre perforar y violar a la joven Constitución Política del Estado, que ha costado muchas vicisitudes y malos momentos al país desde el 2006 al año 2009.

Para finalizar y tener clara la figura, déjeseme tomar un sencillísimo ejemplo, sin el ánimo de subestimar la sabiduría humana, por lo cual ruego se me disculpe; sirve para este efecto: El vivir en democracia, conlleva la vivencia pacífica y en unidad, entre personas altas y bajas, gordas y flacas, negritas y blanquitas, ricas y pobres, originarios y no originarios, guaraníes y chipayas, chacobós y chimanes, aymaras y quechuas, cambas y collas, ancianas y jóvenes, etc., respetando sus maneras de pensar, de obrar, de ver la realidad y de desarrollarse, con la seguridad de que el ejercicio de sus derechos consagrados en la Ley de leyes como es la Constitución Política del Estado, estarán garantizados; eso es vivir en democracia, lo contrario no es vivir en democracia. ¿Dónde queda el Estado Unitario que profesamos?... No en vano se dice que el mejor sistema de gobernar en el mundo entero, es mediante la práctica de la democracia, que nosotros también de manera inclusiva adoptamos para el gobierno en nuestra Constitución, porque consideramos que seguirá siendo la mejor, mientras la ciencia política y el derecho no la substituyan. Con algún pesimismo concluyo en sentido de que como estamos, parece que nos encontramos a muchos años luz de llegar a una verdadera democracia, dando razón a los conocimientos ancestrales sobre las imposibilidades, con los que se empezó a esbozar esta opinión.

(*) Abogado