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Domingo 24 de agosto de 2014

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Revista Dominical

Canción boliviana

24 ago 2014

Fuente: LA PATRIA

Por: Estanislao Aquino Aramayo

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El festival anual de la canción boliviana ¡Aquí...Canta Bolivia!, que se realiza en la ciudad de Oruro, cuenta con una Ley. Un mandato del Estado para encontrar la voz y las voces de nuevos talentos en la música. Paralelamente incrementar el cancionero nacional.

La Ley es perfectible. Debería en sus artículos contemplar la principal razón de este festival como, “Seleccionar a los talentos musicales de la canción, con las mejores voces de Bolivia”. Especificar claramente a los responsables de su organización y conducción, “El Gobierno Autónomo Departamental de Oruro, en coordinación con el Gobierno Autónomo Municipal de la ciudad de Oruro; con la solvencia económica y promocional del Gobierno del Estado Pluri-Nacional a través de los Ministerios de Economía, Cultura y Comunicaciones”. Precisar con claridad que las delegaciones al festival nacional, deberían estar “seleccionadas desde un festival municipal, pasando por el provincial, hasta el departamental, cada cual organizado por el gobierno, que corresponda”. Toda delegación debe estar avalada por su gobernación.

Oruro tiene una fecha conmemorativa, el 6 de Octubre de 1810 cuando dio su apoyo a la independencia de la Real Audiencia de Charcas y al grito libertario del Virreinato del Río de la Plata, a la que por entonces pertenecía. Por tal razón, el festival debe realzar la fecha cívica, y coincidir con el 6 de octubre de todos los años.

El festival debe ser integrador de todos los bolivianos dentro de su diversidad. La diversidad nacional desde la cultura y el arte no puede ni debe tener predominio de unos en desmedro de otros. Esa unidad ya se refleja en el premio más importante que es el Escudo Nacional, donde no cabe discriminación alguna.

Con la participación de mayor número de municipios, el festival sería más representativo. No se quiere decir con eso, que todos los municipios estén obligados a presentar su delegación completa o incompleta en la competencia provincial. Cada Alcaldía, buscaría sus mejores talentos y “podría” participar en el festival de la provincia. De la misma manera, la provincia “podría” elegir o nominar su delegación al festival Departamental, en categorías que más les convenga. Con la participación de mayor número de municipios el festival sería más representativo y localmente las actividades culturales y artísticas tendrían un incentivo.

La delegación departamental, seleccionada y patrocinada por su gobernación, de acuerdo a un reglamento, estaría representando solventemente a todas sus provincias y municipios.

La ciudad de Oruro, por ser anfitrión, debe tener una selección extra, al interior del municipio, para representar al departamento del Litoral.

Para la solvencia de estos festivales clasificatorios, se debe apelar a instituciones públicas y privadas, según sea el requerimiento del gobierno que corresponda. Todo aporte, así sea individual, le hará un bien al arte boliviano, en especial a la cadena de festivales de la canción.

Para cumplir con un plan tan grande, la convocatoria al festival nacional debería salir, por lo menos, con diez meses de anticipación. Si en la clausura del festival, se entregaría la convocatoria para la siguiente versión a los representantes de las gobernaciones de manera oficial, cada departamento tendría el tiempo suficiente para preparar el próximo evento.

Al ser un festival de la canción boliviana, todas las categorías deberían hacer honor al cancionero nacional, mejor si es representativo de la región a la que el concursante representa. Las canciones que no son de ritmos nacionales se debe discutir para ver su conveniencia de ser o no parte del festival. Las canciones concursantes inéditas, deberían ser presentadas y calificadas con el tiempo suficiente, antes del festival, por un jurado calificado. De ser posible los compositores deberían usar un seudónimo.

Las categorías del “festival de la Canción Boliviana”, deberían contemplar sólo las que cuentan con canciones y podrían ser: Solista vocal-instrumental; solista con acompañamiento; Dúo vocal-instrumental; dúo vocal con acompañamiento; trío vocal-instrumental; conjunto (de cinco voces) vocal-instrumental; Estudiantina con vocalistas. Al no existir una categoría expresa autóctona, estas representaciones deben ceñirse a las categorías señaladas sin ninguna discriminación. Esta propuesta personal puede estar equivocada, hay entendidos que pueden corregir y ser ampliada a otros concursantes.

Nacionalmente, es una tradición que se galardone a una dama como representativo de un festival, proponemos la elección de la “Señorita de la Canción Boliviana”. Esta dama debería ser electa por su voz y formación musical. Conocer la historia, geografía y cultura de su región y de Bolivia. Los concursos de belleza física tienen otro ámbito que no es precisamente el de las artes. El espectáculo de quien pulsa más instrumentos musicales en determinado tiempo, está para un concurso de habilidades. El festival es ¡Aquí... Canta Bolivia! y debe cantar con la voz de una dama boliviana.

La principal atracción para el público, debería ser, el estar presentes en el momento inicial de una nueva estrella de la canción, ser testigos de una promesa nacional. En cada rincón del territorio nacional está oculto un talento de la canción, espera su oportunidad y este festival debe dársela.

El incentivo para el éxito del festival debe ser los premios. En lo económico destinar del presupuesto, lo estrictamente necesario para la administración, el resto para premios. El incentivo mayor puede ser una gira nacional y/o asistir a un evento internacional. Los premios podrían ser incrementados con el auspicio de las empresas públicas o privadas, sea nacional o extranjera, para todas las categorías o por especialidad. En este festival no se debe discriminar los auspicios por razón alguna. Deberíamos decir “Bienvenido todo apoyo”.

La Ley debe, a su vez, tener un Decreto Reglamentario, que la haga funcional. El decreto debe ser base para la convocatoria anual. En el decreto se debe especificar a quienes administren el festival en representación del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro. Ese comité debe estar constituido por instituciones y personas cuyo concurso sea necesario para una mejor gestión. El daño al festival se da y puede darse en la gestión, en la improvisación de las personas que administrativa y técnicamente conducen el certamen. El Decreto Reglamentario, o en su caso, una Ley departamental, debe crear una oficina expresa para el manejo del Festival de la Canción Boliviana, con personal que asuma ese cargo tras un examen de competencia y con solvencia técnica demostrada.

La presencia de los consagrados del ámbito de la música nacional, para el Festival de la Canción Boliviana, debe estar sujeta a dos posibilidades, una que sería para optar un premio por algún destacado acto. La otra por la popularidad que goza en el momento del festival. Esta presencia de consagrados no puede ni debe ir en detrimento de los concursantes.

Los medios de comunicación social públicos (estatales), deben dar la permanente cobertura al festival. La televisión estatal, debería transmitir íntegramente el evento, de ser posible, por mandato de un Decreto expreso. Nuestros artistas son la cara alegre del Estado.

Esa, una propuesta de acuerdo a lo que los pioneros del festival pretendían. Otras visiones más actualizadas, con más o menos costo, se discuten en agrupaciones de artistas musicales.

Existen modelos de festival, sobre todo, a nivel internacional. El más cercano a muestro país es el que se realiza en la República de Chile en Viña del Mar. En conversaciones no oficiales, hay quienes sueñan que ese debería ser el modelo. El festival de la “Quinta Vergara” es para consagrados o los que cuentan con una solvencia económica y respaldo privado. En este tipo de festivales los postulantes hacen llegar un material donde se muestra las bondades musicales y coreográficas. De ese material, una comisión especializada, elige a los futuros concursantes que más convenga a los organizadores y estos son invitados. No interesa la selección ni representación por territorio. Este tipo de festivales, generalmente, están organizados por una institución privada que invierte dinero, para generar recursos para premios, administración y una atrayente ganancia.

Podríamos proponer, otra modalidad. Que los ubicados en el primer lugar, en concursos departamentales y/o regionales, de los que ya existen en el territorio nacional, sean los calificados para participar en el festival de la canción Boliviana. Que cada Gobierno Autónomo Departamental contemple en su reglamento de selección.

Cuando se habla de festivales de la canción, no se menciona a las escuelas o institutos de arte musical. Son precisamente estas instituciones las que deberían formar a nuestros artistas en el campo de la música, de esta cantera deberían salir los que defiendan la música boliviana. Podemos estar equivocados, al parecer en estas instituciones se da preferencia al manejo de instrumentos musicales y no al canto. Es la canción, sin desmerecer a las bandas folklóricas de bronce, la más popular expresión de la música. ¿No sería un gran incentivo la participación del concursante con el apoyo de su escuela musical? Los distritos Educacionales, cuentan con instituciones de formación musical estatales y privadas. Las Fuerzas Armadas tienen sus instituciones de formación musical. Sus representantes serían alumnos o ex alumnos.

No tenemos un plan coherente para el manejo del Festival de la Canción Boliviana y estamos soñando con un festival internacional. Como sueño está bien pero, la persona que tenga un plan detallado y factible, debe presentarlo paras ser considerado por las autoridades.

Los que iniciaron el Festival de Canción Boliviana, tenían un plan y lo ejecutaron. Los resultados hablan por ellos, ¿que hubo dificultades?, las hubo. Nada es perfecto en esta vida. El trabajo del festival no es la improvisación, ni decir salga lo que salga. Se debe trabajar técnicamente, se debe hacer con la mejor alternativa de las que se vayan planteando. Hacer hoy lo que debe hacerse hoy. Mañana será el examen final.

Fuente: LA PATRIA
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