No conozco al general Gary Prado Salmón y por tanto no le tengo ni simpatía ni antipatía. Como muchos bolivianos sé de él datos de su trayectoria como militar en los últimos 47 años, desde que el destino le dio protagonismo histórico.
El oficial Prado Salmón fue mundialmente famoso como quien capturó al guerrillero argentino cubano Ernesto “Che” Guevara el 8 de octubre de 1967, asesinado un día después. Desde el inicio, se filtró la información de la llegada con vida del “Che” a Vallegrande y pasaron años hasta que se difundiesen los detalles.
También desde aquella fecha, como relata “Presencia” y otros periódicos de la época, se separó la figura de quien capturó al mítico comandante de quienes ordenaron y ejecutaron su asesinato. Incluso hay declaraciones de la madre de Gary defendiendo a su hijo que sólo se limitó a cumplir su deber de militar boliviano.
Años después, otro militar, el general Galindo, publicó un valiente testimonio de cómo lucharon los soldados bolivianos, a veces en peores condiciones logísticas y de alimentación que los propios guerrilleros.
Prado Salmón fue parte de los militares institucionalistas que resistieron a las dictaduras. Justamente este 21 de agosto se cumplió otro aniversario del golpe banzerista y pocos se acuerdan que él y otros uniformados intentaron derrocar al dictador en el momento más duro de su régimen, en 1974. Su acción liberó a Jaime Paz Zamora y a otros izquierdistas presos. Conspiró junto a dirigentes obreros clandestinos en 1981 para sacar a García Meza.
También en una acción institucional, Prado Salmón quedó paralítico desde hace décadas. Escribió su testimonio y dio centenas de entrevistas sobre Ñancahuazú.
No conocemos ningún pronunciamiento público de este militar contra la República de Bolivia, a favor de separar una región o de entregar territorio nacional a Brasil o a Venezuela.
¿Por qué se lo persigue tanto? Quizá porque el entonces ministro Alfredo Rada es un guevarista convencido y el proceso es una sutil venganza, o porque el violento Carlos Núñez del Prado quiso incluirlo por su rol el 67. Hace poco el Ministerio de Gobierno le dedicó una millonaria campaña para desprestigiarlo. Lo llamativo es que ninguno de los vociferantes opositores del 2008 ha dicho nada en su defensa.
Mientras el régimen masista destina tantos recursos económicos, humanos y otros más oscuros contra esta persona, aumentan las muertes de inocentes, el miedo en las calles, la crisis carcelaria y se derrumba todo el sistema judicial.
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