Propiamente en todos los distritos del país se han dispuesto áreas especiales destinadas al emplazamiento de “parques industriales” facilitando y favoreciendo al asentamiento de grandes, medianas y pequeñas industrias delineadas para encarar el desarrollo de nuestras regiones con inversiones nacionales y extranjeras, de acuerdo a las líneas productivas más adecuadas a los requerimientos de población y de mercado.
Se recuerda que la ciudad más joven del país, El Alto, ha logrado grandes avances en consolidar su parque industrial, primero disponiendo de los terrenos necesarios para ubicar a las industrias y luego fomentando ese asentamiento en base a una ley económica que establece concretamente que “toda nueva industria que se instale en la urbe alteña estará liberada del pago del Impuesto a las Utilidades de las Empresas (IUE) por tiempo de diez años”.
No sólo se trata de ese incentivo, hay otro que libera a las nuevas industrias del Gravamen Arancelario (GA) y del Impuesto al Valor Agregado (IVA) por las importaciones de maquinaria que realicen las industrias. Se trata de un ahorro específico que realmente despierta el interés de inversionistas, los que han respondido al reto instalando variedad de industrias en las áreas que se han dispuesto para ordenar el crecimiento industrial de la ciudad de El Alto.
En Cochabamba hay un increíble emplazamiento industrial, que muestra el grado de impulso a la creación de fuentes de empleo y la generación de bienes utilitarios para esa ciudad.
Santa Cruz ha sobrepasado las expectativas y se enorgullece de tener el Primer Parque Industrial Latinoamericano, donde no solo confluirán industrias nacionales, ya lo están haciendo grandes consorcios del área sur, central y hasta norteamericanas, además del abierto interés de importantes factorías de Asia y Europa, el asunto va en grande.
En otras ciudades del país, caso de Trinidad o Cobija, sus autoridades también han definido superficie de expansión pero estrictamente para poner en marcha los proyectos de crecimiento industrial con el funcionamiento de importantes emprendimientos, en algún caso inclusive provenientes de Brasil.
Sólo en nuestro Departamento las cosas van en contra ruta, tanto así que tres leyes de incentivo a las actividades industriales, de tentación a inversionistas para que se asienten Oruro, no marchan por falta simplemente de reglamentación y bueno, de voluntad política de parlamentarios y gobernantes para aprobar esas normas y recuperar el espacio perdido como fue Oruro en algún tiempo, pionero en la actividad industrial.
Justamente con relación a espacio perdido, no sólo se trata de tiempo y de oportunidades, lo más grave es que también se trata de la desaparición paulatina de los terrenos del Parque Industrial en la zona Este, al frente de la zona aeroportuaria. Efectivamente los terrenos no pueden desaparecer, pero sí pueden ser dispuestos irregularmente, como está sucediendo para favorecer los planes de descentralización de la Gobernación.
Se habla de variadas construcciones utilizando más de 25 hectáreas de las casi 50 que tenía al último el parque industrial, se considera en esa área la ampliación de la pista de aterrizaje del Aeropuerto “Juan Mendoza” y de ese modo prácticamente, hay que olvidarse de esos terrenos para invitar a las industrias.
Lo que falta es que se explique con mucha claridad, la disposición de nuevos terrenos para un verdadero Parque Industrial, el proyecto en sí, financiamiento y su factibilidad, además de tener con vigencia plena las leyes reglamentadas para incentivar nuevas empresas industriales. En Oruro no podemos seguir rezagados.
Fuente: LA PATRIA
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