Cuando leemos que el Defensor del Pueblo, don Rolando Villena está comenzando a perder la paciencia ante la terca, absurda y caprichosa decisión de un Tribunal Militar de no liberar al Suboficial Johnny Gil pese a reiterados pedidos del Ombudsman boliviano, entonces podemos colegir que algo no está bien en las gloriosas Fuerzas Armadas del Estado.
El suboficial se encuentra desde mediados de abril en una suerte de limbo, sin saber exactamente de qué es acusado y sin tener idea de qué tipo de sanción le sería impuesta. La justicia, así sea la militar, camina muy lentamente o, quizás, no camina. Entretanto un hombre, un ser humano languidece en prisión como el villano más temido del orbe y en estos inicios del tercer milenio. Simplemente increíble.
DESCOLONIZACIÓN
El movimiento de los sargentos de las tres fuerzas en todo el país exigía la descolonización de las Fuerzas Armadas, por muchas injusticias practicadas en su interior, por falta de oportunidades para los miembros de baja jerarquía, por abusos de poder por algunos oficiales, etc.
La tal descolonización, no obstante, no fue bien entendida por la oficialidad de alto rango en contraposición al pueblo, que sí captó el mensaje. Al parecer tampoco hubo mucha comprensión de parte de miembros del Ejecutivo y del Legislativo, quienes no pudieron evitar el injusto encierro del Sargento Gil y de otros dos suboficiales pertenecientes a la Fuerza Aérea; como Franklin Colque y Freddy Sucojayu.
¿SUBORDINACIÓN?
Afirma don Rolando Villena que las Fuerzas Armadas son una institución del orden y deberían dar ejemplo de sujeción al orden establecido, pero...
Al parecer nuestras Fuerzas Armadas tienen otro tipo de códigos de respeto y justicia que no se encuadran en aquellos que señala la Constitución Política y las normas legales vigentes.
Entonces, ¿ dónde queda aquello de la subordinación y constancia ?. Acaso las Fuerzas armadas no están subordinadas al Capitán General? ,¿Dónde queda el señor Presidente?.
¿GRAN DELITO?
El exigir Descolonización (enmarcado en la nueva política estatal) en las FF.AA., ha sido calificado por los jueces militares como Rebelión, Sedición y Motín.
Posiblemente sea así, pero la pregunta es: ¿de qué otra forma se podría descolonizar la institución tutelar del país? ¿Escribiendo algunas cartas u oficios a la alta jerarquía castrense?. Claro que no, porque es lo que menos hace caso aquella jerarquía y, de todas formas, igual perseguiría y castigaría a los firmantes.
Lo cierto es que tenía que pasar lo que pasó y aquella presión quizás ha conseguido algunas concesiones, más no todas las deseadas. También es cierto que alguien o algunos tenían necesariamente que encabezar el movimiento, porque un movimiento necesita de alguna o algunas cabezas visibles y de referencia. Si así no fuera, entonces los grandes líderes de tantos movimientos y revoluciones en el mundo no existirían.
DESPROPORCIÓN
La rebelión, la sedición y el motín parecen ser adjetivos muy desproporcionados para una acción reivindicativa de seres humanos en tiempos de paz. Si estuviésemos en tiempos de guerra, seguramente los tres términos se unirían en una gran falta como es la traición a la patria, pero aquí nadie traicionó a la patria. En todo caso la descolonización le hace bien a nuestra querida patria y por extensión a sus habitantes (sean uniformados o no) en el objetivo de lograr convivencia armónica, respeto mutuo y aquel "vivir bien" con el que soñamos todos.
(*) Lic. en Comunicación Social
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.