Ingrid Ledo Peláez: La “súper” hincha santa

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Faltaban diez minutos para que termine el partido, San José ganaba a Bolívar por un gol contra cero, pese al resultado, los nervios estaban a flor de piel en Ingrid, quien cerraba sus ojos, agachaba la cabeza para no ver cada vez que atacaba el equipo contrincante. De rato en rato se “comía” las uñas o juntaba las manos entre sus piernas, como si fuese un conjuro para que el rival falle en todas las jugadas.

Para fortuna de ella, los bolivaristas carecían de puntería y cuando el árbitro pitó el final del partido, el alma le volvió a ingresar al cuerpo de la “súper” fanática de San José. La sonrisa en su rostro era más que evidente, el sufrimiento no había sido en vano y ahora gozaba de la gloria.

Toda la familia asistía a los encuentros de la “V” azul, además su tío Hugo Peláez Terrazas en algún momento fue la mascota del equipo y no podía faltar para alentar al Santo. Ese sentimiento, pocas veces entendido por la gente que no sabe de fútbol, fue creciendo en Ingrid, cual si fuera un árbol que hecha sus raíces en el campo.

“Prácticamente desde los diez años soy hincha oficial, siempre voy a los partidos y me gusta el fútbol, es como una pasión. Soy hincha de San José por ser orureña de corazón, porque nací en Oruro”, aseguró al término del partido.

Ingrid llevaba puesta ese día, la casaca de San José, obsequiada por el jugador, Abdón Reyes en 2007, cuando el equipo minero salió campeón de la Liga Profesional del Fútbol Boliviano (LPFB). Afirmó que esa camiseta le trae suerte y cada vez que se la pone y va a la cancha, su equipo gana, como ocurrió el domingo.

Ingrid no sólo es una hincha que va a la cancha y apoya a su equipo, va más allá. Está al día con la información de su equipo, sabe qué jugadores llegarán en el caso de las contrataciones; tiene conocimiento de los puestos en los que juegan, cómo es su desenvolvimiento, si están lesionados o no.

En realidad, es más que un hincha normal. Revisa las redes sociales, lee los periódicos y espera hasta los programas deportivos de trasnoche, para conocer la actualidad del fútbol nacional y por su puesto de su equipo. “Estoy al tanto de todo, hago un seguimiento de los jugadores, del directorio y siempre estoy pendiente. Me nace esa pasión por el Club, no solo es un gusto, sino amor por la casaca”, señaló.

Tal es su interés en el equipo, que usando las redes sociales, logró contactar al jugador, Eduardo Fierro e hizo el nexo con la dirigencia santa, para que sea tomado en cuenta en el plantel.

LIBRO AZUL

La hincha santa, tiene una especie de agenda, que fue bautizada como el “libro azul”. En aquel texto que tiene más de cien hojas, se observa cómo ella y desde hace casi una decena de años fue recolectando información del equipo, principalmente fotografías, autógrafos y entradas de los partidos a los que asistió.

Una de las fotos que destaca, es una fotografía en blanco y negro, cuando su tío Hugo Ronald era la mascota del equipo, pero también se aprecian recortes de periódicos con información “santa”.

“Tengo autógrafos de exjugadores, algunas fotografías; pero más que todo son autógrafos y dedicatorias. También tengo de los actuales”, indicó con orgullo el trabajo que hizo.

Ingrid tuvo el cuidado de recortar la fotografía de cada uno de los jugadores, las pegó en las hojas del “libro azul” e incluso puso información de ellos, al lado la firma, el autógrafo o la dedicatoria.

ANÉCDOTAS

Ingrid tiene muchas anécdotas de ser una “súper” hincha santa, la mayor parte siempre terminan con una sonrisa, pero otras con llanto, como la vez que San José tuvo que descender de categoría en 1999.

“Viajo a los partidos y cuando se puede estoy con la banda de música en la tribuna. Conozco a los jugadores. Uno de los momentos más importantes fue cuando salimos campeones, ha sido la máxima alegría que tuve como hincha. Lloré, sufrí y renegué con San José”, manifestó.

Pese a todos esos episodios, la consigna de Ingrid es continuar al lado de su equipo, ya que hizo la promesa como en un matrimonio, “hasta que la muerte los separe”.