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Domingo 17 de agosto de 2014

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Revista Dominical

El alma adolorida de César Verduguez Gómez

17 ago 2014

Por: Márcia Batista Ramos - Escritora

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El destacado escritor boliviano César Verduguez Gómez, va más allá de nuestras fronteras, pues, tiene su obra traducida al inglés, alemán, francés, croata, árabe y quechua. Es un célebre narrador, distinguido con innumerables premios y reconocimientos, elegido para antologías nacionales y extranjeras de cuento.

Es uno de los escritores más representativos que tiene Bolivia. Integrando la gran constelación de la narrativa boliviana contemporánea, César Verduguez Gómez, para mí, es el Víctor Hugo altiplánico, que se permitió, a través de su obra, implicarse y comprometerse en la vida política y social del país. Posee una pasión por la palabra, un sentido de lo poético y una imaginación fecunda que hacen que su pluma, por demás realista, comprometida con la abolición de la miseria material y moral que aflige al ser humano, transite entre lo histórico y lo social.

César Verduguez Gómez es capaz de retratar la miseria humana con una autenticidad inigualable como si se tratara de cine 4D, donde los efectos son reales y salpican las lágrimas, la sangre y estrujan el corazón para aumentar el realismo de la obra.

El escritor Carlos Rimassa, comentando la obra de Verduguez Gómez, lo expresa tan bien al decir: “El realismo mágico no es entonces ni surrealismo ni literatura fantástica, es una actitud ante la vida, su fin no es suscitar emociones, sino expresarlas, no es crear mundos imaginarios que permitan evadirnos de la realidad sino expresarla y tratar de descubrir lo que hay de misterioso en las cosas y las acciones y su relación con los seres vivos”.

Su obra es extensa, publicó los cuentos: “Mirando al pueblo” (1966), “Lejos de la Noche” Buenos Aires (1971), Cochabamba (2009), “Once” (1981), “Un Gato encerrado en la Noche” (1993, 2009), “Por nada en tus ojos” (1998), “Las serpentinas del diablo” (2001, 2002, 2004), “Rehúsa si te ofrecen morir en USA” (2004), “Un ladrido bajo la lluvia”(2006), y “Noviembre desnudo” (2008, 2009).

Autor de las novelas: “Las babas de la cárcel” (1999), “La noche mordida por los perros” (2007), “Vivo en la misma soledad de tu sepulcro”, (2009), “El rincón de los olvidos”, (2009).

Publicó las Antologías: “Cuentos de Espanto de Bolivia”, (2002), “Arte de la declamación”, técnica y antología; “Poesía Escogida para niños”, “La fábula en Bolivia”, “Antología de Antologías”, Los mejores cuentos de Bolivia… “Aullidos espeluznantes” cuentos de la tradición oral boliviana, (2011). Los mejores cuentos de escritoras bolivianas”, 2011. “El cuento en las Américas” (2011). “Los mejores cuentos de Bolivia”, (2014).

Además figura en 21 antologías nacionales y del extranjero: EE.UU., Argentina, Suiza, Francia, Croacia, Cuba, Inglaterra, Colombia, España y Alemania, siendo una indiscutible referencia literaria contemporánea.

Escribió fábulas: “Fábulas de Verduguez”, “El tordo y las nubes” y varios libros didácticos.

Destinado a traspasar las fronteras, Verduguez Gómez, está escribiendo la cara fea, triste y vergonzosa de nuestra historia boliviana y latinoamericana, por cuanto es universal el dolor humano, de tal suerte que su obra irá más allá de las fronteras del tiempo; de nuestro tiempo. Su obra servirá como referente histórico cuando todo esté cambiado, cuando la vida sea normal y la crueldad de la pobreza y de la miseria esté olvidada; en un tiempo donde el abuso del poder esté extinto, la obra de Verduguez será un testimonio muy importante, pues, servirá de memoria para las generaciones felices.

Manuel Vargas expresa que: “César Verduguez tiene una extraña y ahora rara cualidad en su escritura: la sencillez y la luminosidad. Dentro de cincuenta o cien años, si algún estudioso quisiera saber qué pasaba en Bolivia con la gente de la cual no se ocupa la historia oficial, tendrá en los cuentos de Verduguez, no una crónica o un espejo, sino una serie de momentos, de rostros, de situaciones significativas trasminadas de humanidad. Lo cual creo que ya es decir demasiado”.

César Verduguez Gómez logra plasmar sus personajes en situaciones vivenciales muy precisas encarnando así, al hombre de a pie que es víctima de las condiciones socio económica y política en cualquier lugar de nuestra América Latina. En su obra él retrata a los desposeídos y marginados del sistema, describe sus sufrimientos e turbaciones; y lo hace con perfección en el arte de narrar. Verduguez es un literato de la fatalidad, y sus héroes están, como los héroes de la tragedia, ligados a las obligaciones externas y a la implacable fatalidad; unas veces imputable a la sociedad, otras veces, a sus propias circunstancias, comparado con los personajes del célebre Víctor Hugo.

Personas simples en situaciones límites, aferrándose a lo único que poseen: sus vidas… Son los personajes tristes que brotan del alma adolorida de César Verduguez el niño abandonado por la madre, educado por el padre soltero; que jugaba a cinematógrafo con un primito, en los lejanos días de su niñez, en su ciudad natal, La Paz.

El niño curioso, imaginativo, de alma adolorida, que en cuarto básico ya guardaba su recreo para comprar un libro usado, de teatro o un diccionario y así, viajar más allá de las fronteras de su realidad y entendimiento. El joven idealista, de alma adolorida, que tuvo que palpar en carne propia el terror de la mazmorra y del verdugo, en los oscuros tiempos de la dictadura militar. Y con maestría y genialidad eligió sacar provecho de sus fantasmas al contarnos con crudeza, sin reparos y sin jamás alejarse de la calidad estética, sobre el horrendo e injusto mundo de la cárcel y sus métodos espantosos para obtener declaraciones.

El hombre intelectual, comprometido, militante, de alma adolorida, que en su evolución espiritual tiene que enfrentar, junto a su esposa Tania, la lenta agonía del hijo amado, sin perder la cordura, porque la vida los eligió…

En fin, César Verduguez Gómez, el Víctor Hugo altiplánico, también conocido por su labor en el área del arte pictórico, es capaz de iluminar con sus personajes, al triste mundo de las sombras construido por los poderosos que persiguen a los que militan con sus ideas, por sus ideales tan naturales de un mundo mejor, de paz e igualdad. O como escribe Gaby Vallejo: “César Verduguez es el latido de un pueblo, de este pueblo latinoamericano que carga sobre el hambre de sus hijos, el esplendor de vida de otros”…

Son esas impresiones que traspasan su eximia obra literaria sumada a gratos momentos compartidos que me impele a hablar del alma adolorida de César Verduguez Gómez.

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