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Viernes 15 de agosto de 2014

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Perspectiva Minera

Controversia política:

El destino de nuestros recursos naturales no renovables

15 ago 2014

Con el proceso electoral se abre la caja de pandora y los políticos tienen ideas diferentes sobre el destino de nuestros recursos no renovables • El extractivismo y la condición dependiente de materias primas en controversia

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Comenzada propiamente la campaña proselitista entre los partidos que están habilitados para competir en las elecciones de octubre venidero, sus programas se abren en un abanico interesante de propuestas, de las cuales y en el marco del interés de nuestros lectores por saber cómo se manejará la explotación y la exportación de nuestros recursos naturales no renovables, como hidrocarburos y especialmente el gas, pero también la minería y metalurgia, además de la energía una vez que se consolide cualquier opción en el manejo del aparato administrativo del Gobierno surgen controversias especiales, que merecen ciertas consideraciones.

Partiendo de la vigencia de la nueva Constitución Política del Estado (CPE), hay que suponer que no se producirán cambios sustanciales en el manejo de la riqueza natural, tomando en cuenta que se define el rol del Estado convertido en el principal rector de la economía nacional, esto quiere decir que su rol protagónico está basado en el control de las riquezas naturales, por lo mismo las fuentes principales, petróleo y sus derivados y la minería en todas sus fases dependen directamente de políticas estatales, que por supuesto no excluyen la posibilidad de alternar en sus planes productivos al sector privado a través de inversionistas nacionales o extranjeros.

En el esquema “oficialista” se hace énfasis en el modelo denominado “económico, social, comunitario y productivo, como el paso de cambio hacia el socialismo comunitario”, lo que toma en cuenta la distribución, redistribución de la riqueza, proveniente de manera especial de los recursos naturales, sin dejar de lado el impulso a una diversificación de la matriz productiva. No se específica pero se ha mencionado repetidamente la necesidad de industrializar nuestras materias primas, las hidrocarburíferas como las mineras.

Algo está avanzando en ese campo el gobierno actual y sus candidatos se prodigan en mostrar las ventajas que se lograrán, por ejemplo, consolidando los proyectos de industrializar gas y petróleo, pero también fortalecer la transformación de la materia prima mineral en productos con valor agregado a través del proceso metalúrgico.

El caso de modernizar la Fundición de Vinto – Oruro, con el nuevo horno Ausmelt, tiene bastante demora en su concreción pero podría funcionar hacia fines de año. Por otro lado, se trata de otro horno el Kivcet de Karachipampa que está tomando su temperatura ideal para producir lingotes de plomo-plata según el ministro del ramo, desde noviembre de este año, después de más de tres décadas de muchos desencantos.

Otras alternativas en esa propuesta de la diversificación de la matriz productiva podría considerarse el futuro del Mutún para convertir el hierro en acero y luego el mega proyecto del litio, para llegar hasta la producción masiva de baterías de ion – litio y otra serie de sub productos. En estos últimos casos los proyectos están en fase de experimentación, especialmente en Uyuni, aunque hay marcado interés de inversionistas para entrar en la cadena productiva de metal blanco.

En lo del hierro faltan decisiones más “agresivas” para encarar la producción y habilitar una gigante procesadora siderúrgica.

Los analistas consideran que si bien estos proyectos provienen de hace mucho tiempo atrás y que además han obligado a millonarios aportes -provisionales- por parte del Estado, los resultados todavía no se perfilan como absolutamente contundentes, por lo mismo, entran en la controversia política que de manera ineludible se trata en los frentes identificados como “opositores”.

Observando los todavía incipientes programas de “desarrollo económico” que formulan los partidos en competencia electoral, coinciden en que “será muy difícil cambiar el sentido del modelo estatista”, aunque reconocen que el subdesarrollo persistirá en tanto sigamos siendo dependientes de la exportación de nuestras materias primas, los recursos naturales no renovables.

Entre las opciones, se menciona la idea de diversificar la economía productiva, por supuesto en base a modelo diferenciado, a pluralidad económica, mejorar sustancialmente los emprendimientos comunitarios, de la cadena productiva manufacturera o de la pequeña y media industria para cambiar el sistema imperante extractivista primario exportador reemplazándolo por otro más abierto a la relación de Estado, Empresa Privada, sector comunitario y hasta cooperativo.

Las posiciones mantienen una línea especial, pero tienen sus ramificaciones en función al fundamento ideológico partidario de ahí que en algunos casos el hecho económico pueda observarse con sentido pluralista hacia un proyecto común que signifique creación de fuentes de empleo seguro y con salarios justos, además sostenible en el tiempo y no de simple coyuntura oportunista.

La gran definición deberá darse en un debate abierto sobre las ventajas y desventajas de encarar políticas que fomenten el uso racional de los recursos naturales no renovables, partiendo del principio de equidad entre los bolivianos que tienen el derecho de obtener beneficios con la explotación de sus recursos, departamental o regionalmente, en función además al derecho que establece la autonomía para definir las políticas que sean apropiadas a cada sector del territorio, sin descuidar que una lógica distribución de riqueza deberá llegar con diferentes niveles porcentuales a todos los rincones del país.

Los bolivianos estamos frente a una disyuntiva muy seria, la que establezca las mejores condiciones para a través de la explotación de nuestras riquezas naturales se fortalezcan presupuestos que promuevan la diversificación de la matriz productiva nacional. Hidrocarburos y minería, si bien se consideran como elementos perturbadores del medio ambiente, no por eso, pueden dejar de ser las ramas propicias para generar desarrollo, ahorro y seguridad en las regiones productoras hasta alcanzar metas especiales en otras alternativas generadoras de divisas y regalías a través de la agropecuaria, la ganadería, el turismo, artesanía y el fomento a la industria manufacturera en general.

La próxima temporada nos permitirá auscultar con mayores elementos esa parte importante de la diversificación económica, sabiendo cómo impulsarla, diversificarla y asegurarla, utilizando nuestros propios recursos que a la vez deben ser identificados plenamente como patrimonio regionalizado, pero de beneficio colectivamente utilitarios.

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