Miercoles 13 de agosto de 2014

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Editorial y opiniones
Economía de palabras
Las dudas del mensaje
13 ago 2014
Por Humberto Vacaflor Ganam
Quizá el Presidente Evo Morales se haya percatado de que cuando sus discursos tienen una duración moderada no sólo son escuchados, sino incluso comentados, como ocurrió con el último, del 6 de agosto.
Lo que debería ajustar un poco es aquello de la coherencia. Decir, con solemnidad digna del momento, que ha terminado el tiempo de la confrontación y ha comenzado el de la conciliación, es digno de un estadista de talla, de talla 8.
Pero casi de inmediato, en la primera ocasión, lanzarse contra un candidato en un tono nada conciliador es, por lo menos, una falta de consecuencia con lo que acababa de decir. Sus colaboradores tendrían que hacérselo notar, con las precauciones del caso.El Presidente tocó casi todos los temas en solo una hora, lo que muestra que las cinco horas del mensaje del año pasado eran excesivas y reiterativas. Pero olvidó por lo menos dos temas.
Ni una sola palabra sobre minería. Nada. Quizá porque no quiere molestar a los cooperativistas o porque deseaba dejar para después del anuncio de la reducción de salarios (¿y de empleados?) en Huanuni, la empresa estatal que está perdiendo medio millón de dólares por mes.