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Domingo 10 de agosto de 2014

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Revista Dominical

De “El Duende”, número 500 (Compilación en Resumen)

10 ago 2014

Por: Aníbal Abel Alarcón Caparroz - Poeta – escritor

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Recapitulando lo manifestado y plasmado en letras por la selecta lista de escritores, poetas, como académicos e intelectuales de las letras bolivianas y literarias a nivel nacional, en homenaje al número 500 de “El Duende”, nos permitimos poner a consideración del amigo y amiga lector(a), un apretado resumen a modo de hacer conocer en extractos y simplificando en párrafos de cada autor y cada autora -en sincera alusión- haciendo conocer su entrañable afecto”, considerando hasta ahora, la labor desarrollada por el staff de editores del suplemento, encabezado por su director Ing. Luis Urquieta M., procurando en todo caso satisfacer con esta propuesta ésta breve exposición.

El Duende en el tiempo: Luis Urquieta Molleda. Director.

El embrujo de aquella criatura ha podido todo: acicatear voluntades reclamando la inspiración creadora de consumados autores, hasta de balbucientes noveles... Exultante, encapsulado en su ropaje normal, el vocero cultural El Duende, proclamó desde su origen el pluralismo, la universalidad y el fomento de la diversidad temática. Sus páginas abrigan en su extensión cuánto hay de útil para el solaz y el conocimiento, divulgando sin reparo de su grandor, joyas de la literatura, sobre todo de interés nacional... Las cartas de adhesión al arribo de la edición quinientos, por su profundidad y su fuerza de convicción, nos emocionan, porque provienen de instituciones y personalidades del mundo intelectual amante de las letras y las artes.

Director de “El Duende”

Duende que camina: Tambor Vargas

El tiempo y la experiencia también han dado lugar a otra evolución, cualitativa ésta: toda la que va y quedó documentada y reflejada entre un “suplemento de la cultura orureña” y un “suplemento orureño de cultura” (donde el orden de los factores sí altera el producto)..., es un honor que nuestra presente vinculación con El Duende coincida con su salida semi-milenaria.

La aparición de El Duende: Carlos Condarco Santillán

Los duendes, en algún momento, deben manifestarse. Algunas personas se encuentran especialmente dotadas para contribuir que tal hecho suceda. Y esto es lo que ocurrió.

En las frías noches orureñas, se lo presentía en la Plazuela del Poeta, que para honor suyo, lleva el nombre de la insigne poetisa orureña doña Milena Estrada Sainz.

Escribir en El Duende III: Benjamín Chávez

El Duende ha cultivado amistades imperecederas. Son las de escritores, académicos de la lengua, investigadores, historiadores, artistas plásticos, comunicadores y otros artistas que leen, escriben y acompañan a este suplemento desde hace mucho tiempo, porque acaso han encontrado en él, como, de hecho, lo manifiestan en sus respectivos textos, un espacio gregario y atendible en medio de las soledades que angustian o la maraña agobiante de lo cotidiano.

Elogio de un pertinaz aparecido: Edwin Guzmán Ortiz

Un suplemento, por supuesto, no es un género literario per sé. Más bien es un medio que tiene la función de divulgar y motivar la lectura de lo meramente literario o, en su caso, promover el acceso a diferentes campos de la lectura, desde las letras. Es también una lupa. De este modo, busca estimular el dichoso que lo hermético se torne democrático, lo que sin duda es más edificante que la zarabanda televisiva y los turbiones políticos…, la propulsión de ideas, la capacidad de pensar con autonomía y es más, el deseo de mantener los ojos abiertos frente a un mundo que tiende a auto-fagocitarse y a desconocerse en lo esencial. Más que el instrumento de una estrategia cultural o vainas burocráticas por el estilo. El Duende continúa siendo hijo de una pasión.

Aplausos a Lucho en la 500 aparición de su Duende en LA PATRIA de Oruro: Luis Ramiro Beltrán Salmón

En Oruro siempre hubo gente capaz de hazañas tales. El brazo que trozaba rocas para extraer ingresos también pulsaba liras. El puño que pugnaba por forjar industrias trazaba a la par sueños en papel, caballete y pentagrama. Nunca se entregó este pueblo a la codicia con ceguera. En lo alto del empeño mineral brilló siempre el reclamo del espíritu, la canción del alma en el crisol del alba. Es esa tradición de conjugar lo físico con lo inmaterial uniendo piedra y cielo, amalgamando sudor con embeleso, la que ahora rescata y perpetúa “El Duende”.

Todos queremos un Duende: Lupe Cajías de la Vega.

Un asistente reprochó: Sí, aún existen esos espacios extraordinarios. El suplemento “El Duende” del periódico orureño “LA PATRIA”, es una trinchera para conocer las últimas publicaciones bolivianas; para recordar a los mejores escritores, poetas y gestores culturales del país; para aprender sobre literatura, música, arte universales. También yo compartí mi fraternal relación con este esfuerzo único en el país de la tertulia del 19 de mayo pasados.

Cuentan por ahí que El Duende...: Gustavo Lara Tórrez

Un buen día de frío invierno, el duende y Alberto Guerra se fueron al Bar Huari donde los esperaban los danzantes Luis Urquieta, Benjamín Chávez, Edwin Guzmán, Erasmo Zarzuela y la encantadora china Julia García; entre abrazos y brindis dieron real nacimiento, bautismo y bendición a El Duende, de-

seándole ¡salud! Luego, en comparsa se fueron a la bocamina Santa Rita y la ch’alla continuó en San José y la Colorada.

El Duende es una maquinaria de papel que no para: Víctor Montoya

No existe otra publicación boliviana que haya dado tanto de qué hablar como este trasgo que nos deslumbra y maravilla con cada una de sus ediciones preparadas con esmero y sentido común.

Alberto Guerra Gutiérrez en una plazuela de Oruro: Víctor Montoya

Ver el busto de Alberto Guerra Gutiérrez, en un sitio público, que hoy lleva su nombre me causó una insondable alegría, una alegría de esas que pocas veces emergen como torbellino desde el fondo del alma. No era para menos, este poeta yatiri era digno del mejor de los elogios de parte de sus coterráneos. Así permanecerá el poeta yatiri entre los milagros de la Candelaria y los danzarines del Carnaval.

Homenaje: Vicente González Aramayo Zuleta

Ahora, como todo duende, es inmortal y cumplirá 500 vidas, después de aparecer cada 15 días entre los pliegos del diario La Patria, porque le ha dado impulso para sus apariciones el Ing. Luis Urquieta Molleda, quien celebra con gran homenaje la vigencia de este fecundo suplemento.

Solo para sus ojos: Julia Guadalupe García Ortega

Que digan que estoy en acuerdo con el diablo, que profeticen mi caída, que me hundan en sus burlas los que no alcanzan tu sombra, que deploren mi regocijo por tu preferencia, que sepan que no estoy sola.

El Duende, elemento constructivo de la personalidad: José Roberto Arze

Tales son mis impresiones y como parte de una generación de intelectuales, no puedo sino expresar un triple agradecimiento: a ti el cordial amigo que nos acogió ampliamente; a El Duende (y a LA PATRIA, a que está adosado), que imprime su sello de personalidad a sus colaboradores; y a tu empresa que mantiene en esta época difícil el espíritu del buen Mecenas.

Un foro plural de alta

calidad: H. C. F. Mansilla

El Duende ha demostrado, sin embargo, que una voluntad perseverante y la aptitud de elegir buenos colaboradores representan factores que ayudan eficazmente a consolidar una revista consagrada a tareas intelectuales.

Felicitaciones 500 números de El Duende: Oscar Arze Quintanilla

El Duende con sus 24 años de vigencia se ha convertido, como vislumbraste hace algunos años en la conciencia crítica y contestataria del artista quien debe desmoronar la carga de conciencia abstraída de la sociedad... Situaciones del actual entorno nacional ameritan reflexiones que ayuden a consolidar la paz, la justicia social y la fraternidad en esta Bolivia que nos duele tanto.

Los 500 números de El Duende: Mario Baptista Gumucio

En el caso de El Duende, se combinó el talento y la tenacidad de Luis Urquieta Molleda con la buena disposición de los directivos de “LA PATRIA”, para acompañar su edición dominical con este suplemento de tan alta calidad y que ha ganado lectores en los lugares más insólitos de Bolivia como me consta.

Honoris Causa para El Duende: Gaby Vallejo Canedo

En representación de artistas que dejaron muchas cartas dispersas entre periódicos y revistas de pueblos inacabables del mundo de los músicos, pintores, en los cuales El Duende ha enriquecido sus páginas.

Al buen Duende: Sergio Gareca Rodríguez

Si bien tuvimos una larga noche de 500 años, ahora tenemos una alegría de 500 números, lo que sólo nos permite soñar en nuevas aventuras de ese travieso, que salta desde un dibujo de Erasmo Zarzuela, se sube al faro de Conchupata y lo transforma en una nave espacial para recorrer aún más el universo con la ayuda de la palabra.

Tener Duende: Margarita Candón

Facultad de provocar sensaciones e inquietudes diversas, que poseen algunas personas en sí mismas o al desarrollar alguna faceta. También algunos parajes transmiten de forma especial la sensación de embrujo o encantamiento de los sentidos.

El Duende Suplemento Boliviano de Cultura: Luis Ríos Quiroga

Debemos respeto y gratitud al trabajador de la cultura cuando se da en la plenitud de un destino; el trabajo fecundo ennoblecedor, símbolo de su poder creador.

¡Increíbles 500 ediciones!: Rosario Q. de Urquieta

Su voz ha estado inspirada por palabras, que como ángeles, han habitado mentes y corazones. Gracias por esa luz.

¡Feliz número 500!: Adolfo Cáceres Romero

Todo escritor y lector de El Duende es un apreciado compañero en esta singular travesía; así pues, seguro estoy que este su duende celebra con ellos este medio millar de pasos, con la esperanza de tenerlos siempre a su lado. ¡Felicidades, duende de todos!

Al entrañable compañero de alturas: Gastón Cornejo Bascopé

Eso es para el suscrito El Duende, un alimento fecundo que sustenta la función vital de la existencia y ofrece insumos de valor inestimable.

Todos los escritores que gozan de su lectura, estamos conscientes de que el mérito lo lleva un intelectual notable en nuestra patria y en nuestro tiempo.

Duendecito de papel: Amanda Jáuregui de Costas

Esta eternidad también la debemos al insigne Alberto Guerra que convocó al genial diablillo y al Ing. Luis Urquieta, mecenas del único suplemento gratuito de cultura que circula en Bolivia y que nos libra del periodismo sensacionalista y frívolo.

El Duende, venero de las letras bolivianas: Luis Fuentes Rodríguez

Tus inquietas apariciones - hermano Duende - se han convertido en legado literario al servicio de la patria, y en amanecer radiante para poetas y escritores que testimonian su espíritu en tus páginas.

Ahora que festejas tus cinco centenares, tienes a tu lado al gran amigo de todos los tiempos. Y a ti, Duende querido, te deseamos que sigas siendo el venero de las letras de Bolivia.

Homenaje a El Duende: Armando Sánchez Velásquez

Quinientas alegorías intelectuales Arte - cultura - música - poesía Celebran asiduos lectores ¡Celebremos la quinientas ava edición!

Salutación a El Duende: Milena Montaño Cavero de Escóbar

El Duende es una tribuna abierta a las manifestaciones creativas que engrandece las letras y el idioma, y a quienes sienten el placer de hacer de la magia de la palabra el vehículo conductor del pensamiento literario y artístico.

Muchas son las razones por las que elegimos a El Duende como lectura de preferencia. Indudablemente, porque es un suplemento fuera de serie por su ilustrada y amena lectura que informa, actualiza y fomenta el juicio crítico y, ante todo, porque alimenta el intelecto.

Para tus amigos: