Viernes 08 de agosto de 2014
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Otro 6 de Agosto más y recordamos (¿festejamos?) 189 años desde que se fundó Bolivia (con tantos cambios y modificaciones, evitaré mencionar nación, república o estado). Viendo en retrospectiva, seguimos subdesarrollados, mediocres y enfrascados en estériles discusiones que únicamente sirven para los mezquinos intereses de grupos.
Ayn Rand establece la existencia de dos arquetipos en la formación de los países: el bárbaro, que es el hombre que domina por fuerza bruta, y el hechicero, que percibe una realidad superior y tiene facultades especiales negadas a los otros ‘seres inferiores’. En Bolivia, desde su creación, hemos tenido etapas en que alternaron en el Gobierno ambos arquetipos y, últimamente, tenemos una conjunción de ambos, en el que el bárbaro rige la existencia física de los hombres y el hechicero gobierna la conciencia; el bárbaro domina por medio del miedo y el hechicero domina mediante la culpa.
La autora señala que la primera sociedad en la historia cuyos líderes no fueron ni bárbaros ni hechiceros fueron la de Estados Unidos, cuya Constitución protegía a los hombres contra la ambición de cualquier bárbaro en el futuro, creando una sociedad basada en el nivel conceptual de la conciencia del hombre. Una sociedad dominada por una filosofía de la razón no tiene lugar para el gobierno del miedo y la culpa.