Hace años que en Oruro se espera la construcción de un hospital modelo que se sume al único y vetusto Hospital General San Juan de Dios, de tercer nivel en su grado de servicios y se cae a pedazos, aunque en este tiempo será objeto de una ineludible refacción.
Se tiene listo, según algunas autoridades, el proyecto de edificación del nuevo hospital que también será de tercer nivel y que estará ubicado en la zona Este de nuestra ciudad donde se logró un terreno dizque apropiado para los fines de desarrollo de un proyecto que alientan cooperadores coreanos.
Se menciona que el tema de financiamiento está cubierto, se eliminan por otra parte algunos inconvenientes que se relacionaban con el saneamiento de la concesión de terrenos y algunas muestras de rechazo de vecinos del lugar que preferían canchas de fútbol a un hospital, eliminados los problemas parece que el proyecto marchará sin mayores interrupciones, con un cronograma que se extenderá cerca a dos años, pero que posteriormente cumplirá el objetivo de mejorar los servicios de salud pública en la ciudad y de manera especial en una poblada zona marginal de nuestra ciudad.
Mientras tanto un anuncio del Gobierno central señala que se construirán cuatro hospitales de cuarto nivel en las ciudades de Santa Cruz, La Paz, Tarija y Cochabamba para introducir en materia de atención hospitalaria los servicios de especialización, lo que permitirá a muchos pacientes recibir tratamientos que ahora sólo se ofertan en algunas clínicas privadas y naturalmente en condiciones no siempre admisibles a la economía de gran número de enfermos.
El mismo anuncio oficial señala que en cada hospital se invertirán setenta millones de dólares, lo que significa el financiamiento total para infraestructura y equipamiento de los modernos nosocomios, con lo que se abrirá una etapa de sustancial adelanto en servicios clínicos especializados en cuatro ciudades, tres del eje central y una en el Sur del país.
Cuando se analiza la situación, sin insinuar ningún margen discriminatorio, el ideal es que por ejemplo en Oruro se disponga también de un hospital de cuarto nivel y cuya especialización podría ser la atención de quemados, tomando en cuenta que algunos profesionales señalan como favorable el clima de la ciudad para el tratamiento de quemaduras, atención que debía ampliarse en el Hospital General y que debe completarse con más financiamiento para su equipamiento total.
Otro hecho que justificaría solicitar el centro de salud de cuarto nivel, sería favorecer a los alumnos que estudian medicina en la facultad orureña y que como en las otras ciudades merecen avanzar en especialidades clínicas para elevar su nivel de servicio a la comunidad.
De momento el proyecto del hospital de tercer nivel debe tener mayor celeridad para que no sea otro proyecto de mucho entusiasmo en su inicio y muy largo tiempo en su concreción efectiva. El servicio de salud pública, dada la apertura y amplitud que disponen las nuevas condiciones de servicio a la comunidad, no puede limitarse a estructuras arcaicas, incómodas e inseguras. Lo ideal es que un nuevo hospital esté habilitado plenamente para facilitar el trabajo de los profesionales en el cuidado de la salud.
El deseo de contar con un hospital de cuarto nivel no es una idea peregrina, debería ser parte de un adecuado proyecto de salud regional, con el derecho que también le asiste a este distrito para cuidar la salud de su colectividad.
Fuente: LA PATRIA
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