Miercoles 06 de agosto de 2014
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Editorial y opiniones
Economía de palabras
El verbo “defaulterar”
06 ago 2014
Por: Humberto Vacaflor Ganam
Los defaults de Argentina suelen anunciar problemas en Bolivia, problemas que no son tan pasajeros.
Cuando Argentina está viviendo un nuevo default, Bolivia sigue viviendo las secuelas de la crisis que había generado el anterior default.
En 2001 fue cuando Fernando de la Rúa renunció a la presidencia argentina y fue sustituido por Adolfo Rodríguez Saa, quien debía declarar el default.
Las mismas causas que habían llevado a ese default argentino trajeron a Bolivia precios insufribles de las materias primas.
El gas natural se vendía en 0,90 centavos de dólar en 2002 (ahora está en 10 dólares), el estaño estaba en 1,80 (ahora en 10), la plata en 4 (ahora está en 20), el oro se vendía en 271 (ahora 1.400), etcétera.
Aquel ventarrón de precios negativos se llevó a los gobiernos bolivianos de esa época. No eran malos, sólo tenían precios muy bajos. Los gobiernos no tienen la culpa de los bajos precios, ni son malos por ello, así como los gobiernos que tienen buenos precios tampoco tienen mérito ni son buenos, necesariamente, como se puede observar ahora con mucha claridad.