Conociendo parcialmente las ofertas políticas de los cinco frentes que lidiarán en el próximo evento electoral de octubre venidero, se aprecia una gama de increíble multiplicidad en las pretensiones de llegar a la conciencia ciudadana con proyectos que van desde la instalación de muchas factorías, pasando por fortalecer las ya existentes en el orden estatal, o disponiendo recursos para la creación de fondos financieros para impulsar el sistema productivo nacional.
Es tan variada la oferta que se consignan como programas de gobierno el fortalecimiento de la explotación de nuestros recursos naturales, en los rubros de hidrocarburos, preferentemente el gas, también la minería y la energía, pero además se anotan una fábrica de llantas, otra de pasta dental de coca y otras que podrían llegar a la industrialización de productos agrarios y ganaderos.
La posición de cada partido está en función de competir abiertamente con los programas ya elaborados y en proceso de ejecución del partido gobernante, aunque reconociendo implícitamente que se utilizarán fondos de la millonaria reserva financiera del país para generar miles de empleos con un aparato productivo diversificado.
De manera general los temas de salud y educación son sólo parte enunciativa de la totalidad de programas por lo menos en la primera intención programática frente al electorado, suponiéndose que algunos planes serán ampliados con una mayor explicación sobre objetivos más concretos en beneficio de la población, tal el caso de superar los programas de salud pública y la que corresponde a servicios del seguro social, en ambos casos con limitaciones extremas en el tiempo presente.
Algunos de los candidatos puntualizan que dejarán a un lado los programas de maquillaje “social”, en directa alusión a los gastos en habilitación de “canchitas deportivas” priorizando los gastos en la creación de más centros de salud y establecimientos educativos.
Quienes observan las incipientes ofertas de los candidatos, esperan que en el curso de la campaña proselitista se conozcan con mayor amplitud programas que realmente constituyan respuestas a las expectativas ciudadanas, tomando en cuenta que las necesidades son múltiples, pero las soluciones de mayor impacto tienen que estar dirigidas a cambiar el cuadro vigente de la pobreza extrema que persiste aún en sectores rurales y los cinturones periurbanos en todas las ciudades.
Un detalle que seguramente no pasará desapercibido para los estrategas de programas políticos, es la migración campo – ciudad, que cambia seriamente la configuración social de los centros citadinos más poblados, pero con una clase media fortalecida que tiene otras demandas de las muy comunes que sostenía en las comunidades.
Uno de los temas peculiares del nuevo esquema es su incorporación en la actividad del comercio informal, arriesgando en algunos casos fuertes capitales para fomentar por ejemplo el contrabando y sus apetecibles utilidades. Este hecho sólo podrá contrarrestarse con la habilitación de miles de empleos seguros pero que no pueden disponerse de la noche a la mañana, por lo mismo su implementación demorará muchos meses aún tomando en cuenta el programa ya en curso del binomio oficialista.
La situación global de los programas políticos serán analizados con mucha seriedad por los electores, más allá de consabidos compromisos, pues si hay algo que sobresale en el tiempo actual es una toma de conciencia del electorado, especialmente el más joven, aparte de los indecisos que están atentos al examen de los políticos para disponer buena calificación que se traducirá en el voto secreto de octubre luego de tamizar la multiplicidad de ofertas.
Fuente: LA PATRIA
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