En artículo anterior habíamos visto algunos de los motivos por los cuales los ingresos pecuniarios del país tendieron a incrementarse ostensiblemente, en relación a los que percibía en el pretérito.
En verdad, a medida que se adentra en la cuestión económica de Bolivia, saltan más a la vista los factores, eminentemente ajenos a la obra exclusiva de S.E. y del MAS, por los cuales hubo dichos incrementos. Los Hidrocarburos son aquí un factor decisivo.
Además de la subida radical en los precios internacionales del petróleo WTI (West Texas Intermediate), que es el regulador del precio de gas que vendemos al Brasil y a la Argentina; al Brasil en promedio de 30 millones de metros cúbicos por día merced a un contrato de 1996, con ulteriores adendas, y a la Argentina de 16 millones, igualmente, de mcd. Para que el amable lector tenga una idea de la magnitud desmesurada que esto significa, podemos graficar que sólo 1 metro cúbico equivale a mil litros. Entretanto, el total de consumo interno de Bolivia es de 10 MMmcd (millones de metros cúbicos por día).
Hace poco más de diez años, en el gobierno Sánchez de Lozada, el país apenas vendía un promedio de 10 MMmcd al Brasil y no existía el contrato de compra venta que existe hoy con ENARSA de la Argentina. No porque no hayamos tenido capacidad para exportar más, antes, porque la demanda del mercado brasileño era esa, debido a sus propios factores internos. Existía, empero, una enorme reserva de gas en los megacampos ya descubiertos, los mismos que hoy constituyen el principal yacimiento gasífero del país y, con ello, la principal y grande fuente lícita de ingresos económicos de Bolivia por concepto de exportación.
Entonces, el año 2003, se discutía positivamente cómo explotar esas vastas reservas de gas; y el proyecto LNG, de venta de gas a los Estados Unidos de América, era ambicioso e interesante. Sabían todos, o mejor, debían saberlo por un simple ejercicio de lógica, que de la explotación y venta de esas reservas gasíferas dependía el engrandecimiento económico de Bolivia, y el Fondo Monetario Internacional (FMI), así lo había reconocido y advertido. No era el único ciertamente, ni dentro ni fuera de Bolivia, que se había dado cuenta de ese axioma.
Aquí viene la hipótesis y es que, varios elementos históricos nos conducen a ella, al ver la oposición intransigente, violenta y radical que varios sectores del país, encabezados por el Movimiento Al Socialismo (MAS), de S. E. el Presidente Evo Morales, hacían a la intención y los planes metódicos que el gobierno del MNR abrazaba para exportar el gas. La mayoría de esos supuestos argumentos para dicha oposición eran, empero, y esto lo ha demostrado el tiempo, falsos.
Se decía, simple y llanamente, que el gas no se debía vender; y, cuando S. E. el Presidente Evo Morales llegó al gobierno, una de sus primeras medidas fue, el propio año 2006, suscribir un contrato de compra venta de gas natural a la Argentina, contrato que estipulaba grandes cantidades de gas a ser vendidos por YPFB a ENARSA del país vecino.
Se incrementaron, además, ostensiblemente, los volúmenes de gas natural exportados al Brasil, de cerca a 10 MMmcd (millones de metros cúbicos por día) en 2003, a un promedio de 30 MMmcd en los primeros 11 días de junio de 2014. Debido al incremento de la demanda en el Brasil, al aumento de su población y al despunte de sus industrias en dicho país, hoy una de las economías más grandes del mundo.
¿Cómo podemos entender, así, las consignas, eminentemente falsas, de Septiembre-Octubre de 2003, que vociferaban que el gas no se vende? Éste importante recurso ya beneficiaba a los bolivianos mediante las conexiones gratuitas de gas domiciliario y existía un ambicioso plan para incrementarlas. El gobierno del presidente Sánchez de Lozada había mostrado su disposición a revisar la Ley de Hidrocarburos entonces vigente en el país para incrementar los tributos al Estado, lo cual requería un manejo delicado por cuanto, con ínfimos precios internacionales en el sector de hidrocarburos, para atraer la inversión entonces requerida era menester dar facilidades normativas para los inversores. Hoy, claro está, dichos precios incrementaronse positivamente.
Revisando y tratando de interpretar, con severos fundamentos, los sucesos de Septiembre-Octubre de 2003 y el consiguiente derrocamiento de la institucionalidad política bien ganada del país, los elementos nos llevan, de la mano, a esta hipótesis: el MAS y, entre ellos, S. E., perseguían no dejar vender el gas para, una vez en el Gobierno, venderlo.
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