Sábado 02 de agosto de 2014
ver hoy
Algún miembro del Tribunal Supremo Electoral del Estado Plurinacional reacciona airado ante las críticas constructivas de la prensa y varios de ellos prefieren las disputas internas, intentando anular las voces más prudentes, en vez de intentar alguna salida al estropicio.
La mejor solución sería la renuncia colectiva de todos los vocales, comenzando por los nombrados por el Presidente Evo Morales, porque han mostrado dos defectos que acompañarán todo el proceso electoral: la falta de independencia política y la incapacidad técnica.
Como ya apuntamos desde las fracasadas elecciones para renovar el Poder Judicial, la Corte de los No-notables ha acumulado actuaciones que retroceden la institucionalidad del órgano electoral en 20 años. Los tropezones, casi vergonzosos en el siglo de las nuevas tecnologías, para los nuevos registros en el “biométrico” son sólo la punta del iceberg, sin que hasta ahora se conozcan otros asuntos como el nombramiento de notarios electorales.
De toda esa cascada preocupa sobre todo la postura antidemocrática del TSE para coartar, limitar, controlar el trabajo de los periodistas y de los medios de comunicación. Esperamos que Juan Carlos Pinto, demasiado afiliado con la corriente de los “no libre pensantes” de la Vicepresidencia del Estado, explique a las organizaciones de prensa por qué toma esa vía.