Martes 29 de julio de 2014
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La cocaína es “la economía que regula nuestra vida, es la respuesta exhaustiva a la necesidad más apremiante de la época: la falta de límite. Los pozos de petróleo blanco” son como “el árbol que se propaga por las ramas”, afirma Roberto Saviano, en su libro CeroCeroCero (Anagrama, Barcelona 2014). El blanqueo de millones y billones de dólares se hace “a través de operaciones financieras (…) cada vez más estrechas entre organizaciones terroristas y criminales "con" conexión aún más compleja y global, más peligrosa: el vínculo con la corrupción.” Y todo en complicidad con instituciones públicas, privadas y personas aparentemente libres de toda sospecha, amén de espeluznantes crímenes.
Saviano relata que hay “dos clases de riqueza. Las que cuentan el dinero y las que lo pesan” distinción hecha por narcotraficantes, cuya ciudadanía “abarca todo el mundo”. A la coca “se la clasifica con más ceros, cuanto mayor sea su pureza. Ceros como heridas…como abismos, para observar el espejismo del oro blanco, la mejor coca: 000”. Y el autor interpela a sus lectores: “Hay un río que corre bajo la grandes ciudades, un río que nace en Sudamérica, pasa por África y se ramifica hacia todas partes… ¿No oyen nada? ¿Cómo hacen para soportar todo ese ruido?” Porque son sordos.