Un problema muy serio que lamentablemente tiene particular incidencia en la economía del departamento, está en relación con la ejecución presupuestaria que deben cumplir, tanto el Municipio, como la Gobernación y la Universidad pública que se nutren con recursos estatales a través de la distribución de fondos porcentualmente asignados por impuestos y regalías.
Un complejo sistema establece los presupuestos institucionales y por una serie de mecanismos administrativos son desembolsados para cada organismo, aunque no siempre con la eficiencia que sería deseable para que se cumplan los compromisos contraídos en cada instancia que en su generalidad deben cubrir gastos por la ejecución de proyectos.
Generalmente en la administración interna de cada institución se cuidan los detalles sobre la ejecución presupuestaria, mostrando algunas cifras que no condicen con el movimiento real de los recursos públicos. Se minimiza el retraso en el gasto público y casi siempre se atribuyen las fallas a una serie de discrepancias entre los sectores “legislativos y ejecutivos” del municipio o la gobernación. Concejales y Asambleístas casi siempre discrepan en la aprobación del Presupuesto Operativo Anual (POA) y allanar las incompetencias demanda buen tiempo de la gestión. En el caso de la Universidad, el problema se presenta entre autoridades y su Consejo deliberativo, con variadas suspicacias.
Pese a esas circunstancias ya conocidas y que son parte de los programas administrativos institucionales, preocupa que en el recuento de los gastos por ejemplo del municipio local en el primer semestre del año, sólo se hubiese ejecutado un 8,91 por ciento, en realidad el más bajo rendimiento entre los gastos comunales de las demás ciudades del país. Hay un justificativo por parte de la autoridad ejecutiva, cuando confiesa que después del carnaval y el accidente de la “pasarela”, propiamente quedaron sin movimiento proyectos y cuentas en nuestro municipio. Se entiende que se imprimirá un plan de emergencia para rescatar tiempo perdido y elevar la ejecución presupuestaria al nivel que corresponda en los próximos cinco meses, difícil misión pero no imposible si se ajustan los mecanismos internos y se evitan interferencias en el cumplimiento de metas propuestas.
En lo que corresponde a la Gobernación se menciona que la de Oruro alcanzó un 34,31 % y se ubica en el segundo lugar entre las nueve del país. Aunque no se menciona específicamente el movimiento financiero, se remarca que la actual administración ha reducido el déficit que dejó la anterior autoridad con más de 500 millones y que actualmente está en sólo 114 millones de bolivianos. El pago de deudas pendientes podría influir en el gasto general elevando el porcentaje de ejecución del presupuesto anual.
La Universidad Técnica de Oruro ejecutó el 25,56 % de su presupuesto y se ubica en sexto lugar entre las universidades públicas del país. No se conocen muchos detalles sobre el movimiento económico de la UTO, aunque según una referencia interna estaría confrontando una crisis financiera, particularmente para cubrir los gastos de su planilla administrativa.
En todo caso, unos y otros tienen justificativos para demostrar las dificultades que impiden elevar el índice de inversiones utilizando los recursos públicos que debe destinarse al cumplimiento de proyectos sociales de beneficio comunitario.
Lo importante es que los recursos públicos sean bien utilizados, es dinero cuyo destino no puede malversarse, por lo mismo deben cubrir obligaciones prioritarias asignadas a proyectos de desarrollo y servicio colectivo, no hacerlo así puede ser causa de infracción en el uso de fondos públicos y perjuicio para miles de vecinos, delito que merece sanciones.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.