A propósito del día de la amistad, he querido llevar a la reflexión algunas ideas y pensamientos importantes que se escucharán esta jornada. Sin embargo, he decidido realizarlo a partir de la diferenciación extrema entre amigo/enemigo, cuya dicotomía, ayudará a encontrar y entender las actitudes amigables o no-amigables de las personas, en este tiempo en el que la amistad pareciera ser circunstancial y no trascendental.
Primero: la amistad es un sentimiento compartido con otra persona, donde se busca el bien común. Es un tipo de amor (amicus = amar), denominado fraternal, diferente al amor filial (familia) o al amor pasional (eros), aunque puede ser puerta abierta para el ejercicio de éste último (amigos con derecho). Debemos reconocer una verdadera amistad cuando existe una relación desinteresada, cordial, abierta, atenta, en la que un interés mutuo por los problemas, logros o fracasos de los amigos procuran su durabilidad en el tiempo.
Segundo: la empatía y la simpatía son esenciales en las verdaderas amistades. Solamente con la simpatía, la alegría, el entusiasmo y el buen ánimo se puede conocer a las personas; y también con la empatía se puede encontrar a las personas afines y comunes, en el trabajo, el colegio, la escuela o cualquier lugar de relaciones sociales. Una verdadera amistad resalta las virtudes y las contagia, reduce los defectos y hace reconocer los errores, para subsanarlos inmediatamente y evitarlos en lo posterior.
Tercero: una buena amistad tiene cualidades fundamentales, como la bondad, la fidelidad o lealtad y la accesibilidad (cordialidad y sociabilidad). Una amistad tiende siempre a hacer algo bueno, a concretar actos buenos. Es fiel porque guarda secretos y brinda consejos certeros, además del apoyo incondicional basado en la confianza; y, para que esa amistad se concrete, debe ser sociable, cordial y amena.
Cuarto: la amistad no debe ser secreta, y por tanto no debe haber amigos secretos, ocultos, desconocidos o invisibles; el amigo debe ser social, relacional y público, porque solo así se construye la amistad de los pueblos; la amistad tiene la función de complementar a las personas, con sus ideas, sus sentimientos, su información, su compartir, entonces los amigos se denominarán camaradas, compañeros, aliados, colaboradores, partidarios, compinches, cuates, etc.
Quinto: la amistad es un gran valor, es decir, es el cúmulo de los valores de lealtad, confianza, sinceridad, simpatía, respeto, aliento, bondad, devoción, empatía, admiración, consecuencia, consejo, solidaridad, compañía, franqueza.
Sin embargo, como se adelantó previamente, existe también lo contrario a la amistad, y es la enemistad (prefiero decir no-amistad), personificada no primariamente en el enemigo sino más bien en el “no-amigo”, cuya caracterización pareciera ser difícil, pero no complicada.
Uno: el “no-amigo” es una persona que se ha dejado llevar por la apatía y la antipatía, respecto de los sentimientos y afectos de otra persona, a la que le es contraria, adversa, desfavorable y desventajosa, aunque no siempre hostil o belicosa.
Dos: el “no-amigo” no es in extremis moralmente malo, o estéticamente feo, pero si es indiferente e interesado más en las cosas particulares que fraternales, es egoísta, ensimismado y enajenado, discrepa con las ideas, es disidente, está siempre disconforme y, muchas veces, hasta querellante.
Tres: la enemistad también puede ser duradera, sino se trata de conciliar y reconciliar las relaciones oportunamente, aunque es un sentimiento y una actitud voluble y caprichosa; y existe el peligro de transitar muy fácilmente de ser no-amigo a ser enemigo, entonces sí se torna preocupante.
Cuatro: la enemistad es conspirativa, saboteadora, hacedora de la intriga y la connivencia; y si sus intenciones son la destrucción y la aniquilación, muchas veces, estas actitudes no son públicas, sino secretas, planificadas en sigilo y la clandestinidad (tal vez muchos tengamos enemigos secretos). De la enemistad hay que cuidarse y denunciarla públicamente para reservarse de sus malos apetitos, advertir sus movidas y salvarse de sus maleficios.
Cinco: sin embargo, ahora se emplea el término enemigo tanto en la esfera privada como en los círculos públicos, para mencionar a la persona que representa rivalidad o contienda, o contra la que se tiene un sentimiento negativo manifiesto, ya sea porque hizo algún daño, o porque no comparte las ideas y su posición es irreconciliable.
Esta es la reflexión de la amistad en este día especial, en el que se recuerda a los buenos y malos amigos, en el que se agasaja a las nuevas y viejas amistades, a los amigos de corazón, a los mejores amigos o, simplemente, a los amigos AMIGOS.
(*) Educador y comunicador
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