La tradicional farándula de la Facultad Nacional de Ingeniería (FNI) que otrora significaba una presentación destacada y con mucha altura por el adecuado uso de vestimenta, el colorido, la alegría, picardía y la diversión que motivaba al público salir a las calles para ver esta manifestación, ahora se ha convertido en una muestra del mayor consumo de alcohol y descrédito de jóvenes y señoritas que se ven obligados a participar de esa actividad.
En la jerga popular la Farándula de Ingeniería, se ha convertido en la “farrándula” de Ingeniería, porque hay más borrachera que diversión y más improvisación que organización, lo que constituye un pésimo ejemplo para la población de niños y jóvenes orureños que esperan más de la FNI, que como Alma Mater, debería ser la institución que inculque con el ejemplo el respeto y la educación, valores con buenas costumbres y sobre todo consideración a la ciudadanía.
Grupos de estudiantes con sus botellas de plástico, bebiendo licores de dudosa calidad y en estado de ebriedad, usando disfraces incompletos y hasta desvirtuando algunas danzas del Carnaval orureño, arreglados como podían, hicieron el ridículo y dejaron una pésima impresión el pasado sábado, en la denominada farándula que antes constituía un orgullo para la propia universidad pública.
La rica tradición de las farándulas de Ingeniería se fue al canasto, porque los estudiantes y autoridades universitarias no supieron preservar, conservar y mantener algo que con mucho esfuerzo y dedicación construyeron quienes pasaron por las aulas de la FNI. Ellos con mucho ingenio y habilidad lograron el reconocimiento de la población orureña, por los inspirados y picantes bandos bufos, por la lectura de la declaración de sus sanas críticas a las autoridades, los chismes de alcurnia, las manifestaciones de protesta y hasta la tomadura de pelo con altura que se registraba en cada presentación en el kiosco de la Plaza de Armas que se complementaba con la tradicional farándula.
Las ingeniosas bromas llegaron al extremo de retirar todas las estatuas de bronce de los animales que existen en el centro de la plaza 10 de Febrero y denunciar que habrían sido fundidas, se perpetró un supuesto crimen de un dirigente universitario que fue acribillado a balazos en plena calle Bolívar, así como el secuestro de autoridades y líderes departamentales, para luego hacer conocer que todo fue una broma de los estudiantes de la FNI por el aniversario de fundación de su centro educativo el 3 de julio. Siempre colocaban afiches con algún tema político o social, con directa alusión a su aniversario y también organizaban una fiesta social que ahora, al parecer fue reemplazada por la verbena que se realiza en calle adyacente al edificio central de la FNI y resulta ser más bien una reunión en cantina pública a “cielo abierto”, porque los estudiantes consumen bebidas alcohólicas en cantidad y siempre existen consecuencias por riñas, peleas y hasta agresiones provocadas por la borrachera de los universitarios.
De esas magníficas actuaciones sólo queda el recuerdo de quienes sacrificaban muchas horas, largas noches y amanecidas para planificar en su cuartel de operaciones, como se denominaba el Internado de la FNI, las acciones que asumirían para deleitar con ese ingenio a la población orureña que acudía en gran número a escuchar el bando bufo y ver la Farándula de Ingeniería. Todo eso queda en el recuerdo de un pasado mejor y deja serias interrogantes sobre la calidad de la formación que ahora reciben los jilgueros, como denominan a los estudiantes noveles de la FNI, por la poca creatividad y la ausencia de responsabilidad que demuestran en la organización de su tradicional farándula.
Eso tendrá que cambiar y ojalá las autoridades superiores de la Universidad Técnica de Oruro puedan recomendar que las actividades que se realizan en las diferentes unidades facultativas, en especial la FNI sean siempre con respeto, mesura y ante todo con plena y total responsabilidad para evitar los actos bochornosos y el excesivo consumo de alcohol entre sus estudiantes. El ejemplo tiene que partir de casa, si se quiere formar una sociedad con valores y respeto, como la que siempre caracteriza a la población orureña, lo demás es sólo majadería.
(*) Periodista.
lapalabraencarnada@bolivia.com
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