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Domingo 20 de julio de 2014

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Cultural El Duende

Desde mi rincón

¿Tercera vía? Hablemos de ella

20 jul 2014

PERE CARDÚS • Quien más quien menos, pocos deben ser los que no han oído nada sobre ‘el problema catalán’ del presente; pero de oír algo a hacerse una idea básica propia de la cuestión, hay mucho trecho. Esto prescindiendo del hecho de que la mayoría de quienes alardean de haberse formado una opinión personal sobre el tema (de ellos, algunos, después se atreven a pontificar), en realidad sólo ha recibido información procedente de uno de los lados en conflicto (el español, no faltaba más); y a través de este filtro también le ha llegado lo que los españoles dicen que los catalanes dicen y quieren. ¿O no es de elemental honestidad, en todo conflicto, informarse directamente de cada una de las dos partes enfrentadas? Teniendo en cuenta lo anterior, creo de cierto interés, no sólo dar la palabra a un opinante catalán, sino también hacerlo a través de un texto que permite hacerse una idea bastante concreta de un hipotético ‘memorial de agravios’ que el frente independentista de Cataluña dirige, más que al gobierno, al estado español. De ahí que me parezca un texto singularmente didáctico, pues a su través aparece una buena lista de las cuestiones más o menos candentes. Y todo dentro de una –hasta ahora imaginaria tentadora– oferta, que desembocaría en una ‘tercera vía’, aparentemente equidistante de la ruptura soberanista y del vigente statu quo autonomista, promovida por los unionistas con la intención de mojar la pólvora de los secesionistas. Entre quienes en este lado del charco están seguros de saber todo del tema, ¿habrá siquiera uno que crea factible que España cumpla la retahíla de condiciones como paso previo para que Cataluña estudie y pondere su oferta futurible? El texto que sigue se publicó en el diario digital Vilaweb (26.6.14)-(TAMBOR VARGAS)

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¿Quieren que nos tomemos en serio una hipotética propuesta de tercera vía? De acuerdo. Dicen que harán una propuesta. Hablemos de ella. Sea como fuere, una propuesta de última hora no nos hará retirar la pregunta sobre la independencia. Los catalanes nos manifestaremos sobre si queremos un estado independiente, tanto sí como no. Si alguien piensa que un juego de manos improvisado impedirá que se consulte sobre lo que hace muchos años se viene preparando con honestidad, está bien servido. Pero seamos generosos y no descartemos de antemano la posibilidad de tomarnos seriamente la tercera vía.

Que el estado español pida perdón por el fusilamiento del presidente Lluís Companys en un acto solemne con las máximas autoridades presididas por el rey Felipe VI.

Que el Tribunal Constitucional enmiende la decisión de liquidar el Estatuto aprobado por los catalanes en un referéndum y que se restituya íntegramente el texto aprobado al parlamento en septiembre de 2005.

Que el gobierno balear del PP retire el decreto de lenguas (TIL) y deje en paz la comunidad educativa. Que el gobierno valenciano del PP haga posible que los miles de familias que ahora no pueden escolarizar a sus hijos en catalán, lo puedan hacer. Que se detengan todas las sentencias invasoras sobre la inmersión lingüística que no reconocen la autoridad de la Ley de Educación de Cataluña. Que se suprima la ley de lenguas de Aragón que llama ‘LAPAO’ al catalán de la Franja. Y, obviamente, que se retire completamente la LOMCE promovida por el ministro Wert.

Que el estado español haga la petición formal para la oficialidad del catalán en la Unión Europea. Que el congreso español y el senado reformen sus respectivos reglamentos para permitir las intervenciones y las actividades parlamentarias en catalán, éuscara y gallego.

Que el estado ordene las inversiones inmediatas para comenzar la construcción del corredor mediterráneo con el ancho de vía europeo. Que retire la propuesta de ley de puertos que pretende robar los beneficios del puerto de Barcelona para financiar las infraestructuras deficitarias españolas. Que se reconozca la propiedad y el control de la gestión de la Generalitat sobre todos los aeropuertos catalanes. Que queden sin efecto los centenares de acuerdos bilaterales con otros estados que impiden a los aeropuertos internacionales establecer conexiones directas con el aeropuerto de El Prat y que les obligan a hacer escala en el de Madrid.

Que las selecciones catalanas puedan disputar competiciones oficiales internacionales y no sean boicoteadas por las instituciones españolas. Que los conductores de los Países Catalanes puedan llevar el ‘CAT’ en la matrícula en lugar de la ‘E’ de España.

Que el gobierno de Alberto Fabra devuelva el dinero de las multas impuestas a Acción Cultural del País Valencià y se reconecten inmediatamente los repetidores. Que vuelva a abrir la Radio Televisión Valenciana y se active automáticamente la reciprocidad total de los canales públicos de todo el país.

Que se devuelvan a Cataluña, al País Valenciano y a las Islas Baleares los intereses pagados en concepto de devolución del crédito del fondo de liquidez autonómica (FLA) y se paguen las deudas de las disposiciones adicionales de los estatutos. Que se ordene una distribución equitativa y proporcional de los objetivos de déficit público entre el estado, los gobiernos autonómicos y los municipios de acuerdo con sus cargas sociales.

Que el estado español reconozca el expolio fiscal sostenido en una moción aprobada por dos terceras partes del congreso español. Y que se apruebe la reforma del sistema de financiamiento con una limitación del déficit fiscal del 2,5% del PIB.

Que se establezca la obligatoriedad de entender el catalán en todos los tribunales de justicia de los Países Catalanes para respetar los derechos lingüísticos de los ciudadanos. Que se despida a todos los agentes y funcionarios del estado que hayan humillado o discriminado ciudadanos por razón de lengua o de identidad.

Que retiren todos los policías españoles, guardias civiles y al ejército del territorio catalán. Que la delegada del gobierno español procure el buen funcionamiento de las instituciones españolas en Cataluña y el complimiento de sus compromisos con el gobierno y los ciudadanos, en lugar de asediar –con dineros públicos– los municipios por la bandera española o las mociones de soberanía aprobadas.

Que se renuncie definitivamente al trasvase del río Ebro y que se abandonen todos los proyectos que dañan el territorio y el medio natural de nuestras comarcas.

Que el rey de España pase por todas las ciudades y villas incendiadas durante la Guerra de Sucesión para pedir perdón y reconocer que es monarca por aquellos hechos funestos. En estos mismos actos de petición de perdón, que reconozca que la lengua española fue una lengua de imposición y que se persiguió al catalán.

Una vez hecho todo esto, y no antes, estudiaremos con todo gusto cualquier propuesta que nos quieran hacer de convivencia y de encaje. Acaso entonces podremos comenzar a entender eso de ‘la diversidad en la unidad’ como una idea positiva y no como un insulto a la inteligencia de los catalanes. Nosotros somos gente a la que le cae bien el diálogo y el pacto, que aprecia las buenas maneras y la voluntad de entendimiento. Que no nos tomen por asnos ni por bobos. Todo eso se ha acabado. Cataluña ya no fía. A partir de ahora decimos: ‘hechos, no palabras’. Quien quiera ser escuchado que demuestre que se lo merece. Entretanto, no nos hagan perder el tiempo. La ‘diversidad en la unidad’ de estos últimos trescientos años ya la hemos probado. A fe de Dios, que la hemos probado.

Para tus amigos: