El pedido del Diputado afroboliviano Medina, en relación a la censura de la danza del Tundiki o Negritos en las diferentes entradas del país, está generando un clima de debate, que a estas alturas resulta insulso. El mencionado diputado ya debió haber hecho notar esto el primer día en que asumió el curul, y de esto hacen ya varios años. ¿Por qué recién ahora?, ¿Para dar argumento preelectoral a Don Evo?, ¿Para distraer la atención de la gente?, ¿Para provocar respuesta de la oposición?, y luego ¿colgarles el sambenito de racistas y discriminadores?
ARGUMENTO INCOMPLETO
Los argumentos del diputado no son muy sólidos, cuando afirma discriminación hacia los hermanos afrobolivianos. Considero que no hay discriminación. Se trata de una representación de algo pasado; una representación teatral callejera, quizás parodia, como lo son casi todas las danzas de nuestras fastuosas entradas.
Pero avancemos un poco más, si se pide la eliminación de los Negritos, también debería pedirse la eliminación de la Morenada, porque empezando del nombre (moreno = persona de piel oscura), también es una representación de los esclavos que eran trasladados a Potosí, de ahí que las máscaras representan (claro que exageradamente) el cansancio atroz con ojos saltones y lengua colgante y la matraca nos recuerda el ruido del arrastre de las cadenas.
Pero la Morenada hace décadas ya que se ha hecho algo intrínseco de las y los bolivianos deviniendo en la "Danza Mayor de los Andes", ¿podría ser eliminada?, ¿lo permitiría la bolivianidad? y, en las entradas ¿dejarían de bailar morenada Don Evo y Don Álvaro?
Algo parecido podríamos argumentar de los Caporales, otra danza que ya es patrimonio de la juventud de manera irreversible.
OTROS EJEMPLOS
Acaso los ilustres colegios de abogados tuvieran que pedir también la eliminación de la danza de los "doctorcitos", por ser una parodia a los leguleyos. ¿Será posible?
Quizás los hermanos originarios nortepotosinos también se sientan discriminados por la danza de los Tinkus, danza ya apropiada (con nuevos y variados pasos inventados) por gente joven de las ciudades, insisto, ¿será posible?
Y los tarabuqueños, bien podrían observar la danza del Pujllay en las entradas, también ya bastante apropiada por la gente citadina. Imposible ¿verdad? Pudiera dar otros ejemplos más, pero parémosla ahí.
FUNESTO
Sería un funesto antecedente si se llegase a eliminar alguna danza de nuestro rico acervo folklórico, empezaríamos mal y proseguiríamos peor. Quizás observando canciones de compositores y sus letras respectivas, matando la creatividad de artesanos y bordadores y, finalmente desculturizándonos y quitándonos la identidad.
De lo que se trata es de respetar la cultura, una cultura que se nutre, de manera obvia y necesaria, de hechos del pasado, precisamente para no olvidar nuestro ancestro y nuestra historia, sea esta mala o buena.
Se trata de observar el hecho cultural desde una óptica reflexiva, pensando en nuestras gloria o en nuestros yerros pasados y una óptica positiva, respetando la historia sin ocultarla y comprometiéndonos a cambios políticos y conductuales, acordes al tiempo actual.
Ahora el diputado amenaza con denunciar la danza de los negritos (tundiki) a organismos internacionales. Está en su derecho pleno como ciudadano de este mundo, pero...
¿Tendrá los argumentos suficientes y de peso?, ¿Cómo va a demostrar que los danzarines discriminan a los hermanos afrobolivianos?, ¿Tendrá el propósito de borrar un pedazo de nuestra historia y cultura?, ¿Qué derecho tiene de hacerlo? Juzguen ustedes estimadas y estimados lectores, pero ya debemos superar aquello de hacer berrinches y escándalos por cuestiones baladíes.
(*) Licenciado en Comunicación Social
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