En función del tiempo transcurrido y el que falta para que termine la gestión de los representantes en la Asamblea Legislativa, la pregunta de la ciudadanía es simple. ¿Qué hicieron los parlamentarios?, en este caso los de Oruro.
Lo que está claro es que la brigada está compuesta por una mayoría del partido oficialista, la minoría es realmente mínima, por lo mismo la gestión parlamentaria en beneficio del departamento corresponde al grupo que por mayoría debió elaborar proyectos de ley, gestionar algunos que están “congelados” en algún escritorio ministerial o de algún parlamentario olvidadizo que no actualizó la funcionalidad de normas que de manera general tenían que servir a los intereses regionales.
Cinco meses faltan para el final de la gestión y de esos tres estarán ocupados a medio tiempo en la campaña electoral, cumpliendo un instructivo superior que no puede ignorarse en la dimensión de su procedencia y los fines específicos para alcanzar objetivos partidistas.
El recuento de leyes aprobadas que se conoce, la mayor parte “nominativas” de acuerdo al criterio de observadores, son de tipo general y en tal proceso los legisladores, incluyendo los de Oruro, han cumplido su obligación de “levantar las manos” para aprobar los proyectos de leyes procedentes en buen número del poder Ejecutivo y con recomendación de no variar “ni una coma”, por tanto las cosas se facilitaron para los Asambleístas.
Lo que preocupa de manera departamental es conocer un buen detalle de los proyectos que tienen relación directa con el desarrollo departamental, con la necesidad de impulsar proyectos vinculados con la economía regional, el caso básico de Oruro dependiente de la actividad minera, o si hay algo concreto para impulsar la diversificación en el campo agrícola, como la quinua, pero excluyendo su promoción de un año que responde a una iniciativa gubernamental, el sector de los camélidos, o el turismo del altiplano son temas que están en la interrogante ciudadana.
Será bueno saber también qué pasa con proyectos como el Puerto Seco, el Parque Industrial y la promoción de hasta tres leyes de incentivo para captar inversiones y promover el asentamiento de importantes industrias, lo que significa fuentes de empleo y mayores ingresos. Esas normas están durmiendo en alguna dependencia estatal, mientras en Oruro la industria está adormecida, como ejemplo “gestores” de la ciudad de El Alto han logrado disposiciones similares que han captado el interés de inversionistas ubicando sus factorías en esa pujante urbe.
Un asunto que merece atención directa de parlamentarios es la reactivación del ferrocarril y especialmente ahora que, según un proyecto de “orden nacional” trasciende al interés internacional, si se habla del ferrocarril bioceánico, que posiblemente pase por un extremo de Oruro, desconociendo la condición geopolítica y estratégica de nuestro distrito como centro de vinculación nacional e internacional.
Sólo se mencionan algunos tópicos de interés común que podrían convertirse en realidad en el limitado tiempo que falta hacia fin de año, si los legisladores que nos representan, extreman capacidad, esfuerzo y sobre todo voluntad política para cumplir objetivos de beneficio colectivo.
Pueden haber algunas leyes que han sido tramitadas, pero lo que importa es saber si las mismas tienen la significación práctica de impulsar el desarrollo del departamento, de modo que en función de futuro se constituyan en instrumento de seguridad económica y viabilidad de convivencia armoniosa, aprovechando nuestros ingentes recursos naturales. Oruro espera un informe de sus asambleístas.
Fuente: LA PATRIA
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