Acabó el mundial de fútbol y la copa quedó en manos de Alemania, causando una inmensa pena en Sudamérica, porque países como Argentina y Brasil no supieron ganar ese trofeo tan importante.
Los bolivianos, seguimos, paso a paso, esa contienda deportiva, dentro del maremágnum que vivimos este pasado fin de semana, conociendo nombres de futuros candidatos a senadores y diputados.
En ese contexto, quienes aspiramos a que Oruro tenga una buena representación parlamentaria, todavía estamos confundidos porque, salvo raras excepciones, en las listas no están hombres y mujeres capaces de ocupar un curul en el Congreso Legislativo.
La forma como se manejó este asunto, es preocupante, ya que en el fondo, volvieron a refluir antagonismos internos en las propias tiendas políticas ya que nadie está conforme con nada.
Lo que es peor, muchos aspirantes no se sienten cómodos con el puesto asignado, considerándose superiores de unos a otros, como también aquellos que dicen sentirse marginados al haber caído la conducción de su frente político en manos de gente ajena y de esos que pretenden hacer resucitar a partidos, según ellos, caducos y sin vigencia alguna.
Para realizar tal afirmación, hubiese sido bueno, que primero analicen sus propias conductas de ineficiencia, mediocridad y falsedad con sus propias organizaciones políticas, traducidas en el mal manejo de la cosa pública.
Frente a esa especie de indeterminación por la que estamos pasando, existe la esperanza de emprender una tarea decidida y perseverante en favor de la región, para recuperar sitiales de preferencia, tomando como base la promoción del desarrollo económico y social del departamento.
En ese interés de que las cosas mejoren, vemos cual resplandor de luz intensa al final del túnel, la posición asumida por el empresariado local, para hacer de Oruro un centro de atracción de inversiones que permitan generar riqueza a favor de todos los bolivianos.
La propuesta de la FEPO, es realmente ponderable, porque constituye un llamado a trabajar todos juntos, diversificando los rubros que hacen a la vida económica de Oruro, convencidos de que esa decisión mancomunada, consolidará, definitivamente, nuestro liderazgo como centro de convergencia nacional.
Creo haber llegado el momento de empujar el carro en una sola dirección si queremos el resurgimiento de aquí al futuro. Por ello, considero que el proceso emancipador de los empresarios, merece el apoyo incondicional de toda la ciudadanía.
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