Jueves 17 de julio de 2014
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Al finalizar la Segunda Guerra Mundial que causó enorme destrucción y millones de muertos, se pensó que los enfrentamientos armados serían cosa del pasado. En 1945 se creó la Organización de las Naciones Unidas, ahora “integrada por 192 países independientes que se reúnen libremente para trabajar juntos a favor de la paz y la seguridad de los pueblos, así como para luchar contra la pobreza y la injusticia en el mundo” (“¿Qué es la ONU?” - Naciones Unidas – Centro de Información). Esta es una visión esperanzadora y noble.
Pese a estos buenos deseos, hay un conflicto que no termina. En verdad son varias guerras en una misma región –el Medio Oriente–, que ya han ocasionado destrucción e incontables víctimas. A estos conflictos, se añadió la violencia interna en Túnez, Libia, Egipto y ahora la cruel guerra civil en Siria. Se identifican como causas del enfrentamiento interno la “pobreza, el hartazgo por el inmovilismo y la falta de democracia”.
Ahora se calienta aún más la región: “Los líderes iraquíes temen que el país se esté deslizando rápidamente hacia una nueva guerra civil peor que la de Siria", afirma el periodista irlandés Patrick Cockburn (“La guerra civil en Irak ya ha comenzado”. The Independent). Se trata de una rebelión armada de militantes de la rama suní del islamismo, enfrentada a los chiitas, amenazando con desmembrar Irak por medio de la violencia armada, y así crear el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).