La realización del Carnaval de Oruro, como ya es habitual y se ratifica año que pasa, nuevamente deslumbró a propios y extraños por la gran fe devocional que muestran los danzarines al bailar en honor de la Virgen de la Candelaria o del Socavón, su renovada coreografía, lujo en la confección de los disfraces y especial dedicación en la fabricación de las máscaras maravillan a los espectadores apostados a lo largo de la ruta de más de tres kilómetros para admirar 18 especialidades de danza.
Así también nos dejó gran cantidad de basura, calles convertidas en urinarios y hasta sitios que se volvieron baños públicos a cielo abierto debido al excesivo consumo de alcohol preferentemente por jóvenes. A esto se suma el carnaval político que comenzó con el pintado de muros y paredes en diferentes zonas de la ciudad en una inusitada competencia de los seguidores de los candidatos a la gobernación y el municipio del partido en función de gobierno, militantes que pintan lo que quieren causando verdadero daño al ornato público.
La población ya está inquieta porque quienes deberían dar ejemplo para cuidar y proteger la estética de nuestra ciudad se dan a la tarea de pintarrajear las paredes sin importarles la vigencia de una Ordenanza Municipal que sanciona a quienes se dediquen a dañar los edificios públicos y particulares. Ojalá las autoridades municipales puedan hacer respetar este derecho de los propietarios de inmuebles.
Sin embargo, ninguna autoridad del Gobierno central, incluido el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, que estuvo en Oruro para asistir al festival de las bandas de músicos y la Entrada del Sábado de Carnaval, asumieron el compromiso de construir el Campus Mariano, proyecto a diseño final que convertirá al barrio del Socavón en la mayor expresión de espiritualidad mariana, como un rescate a la cultura popular, como pretenden nuestras autoridades.
No decir nada sobre este importante proyecto sería pecar de omisión porque para lograr su aprobación y financiamiento los sacerdotes custodios del Santuario de la Virgen del Socavón han estado de forma permanente buscando un acercamiento con las autoridades departamentales y nacionales del gobierno del Movimiento Al Socialismo, al extremo de tener representación en el “encuentro interreligioso” que resultó ser otro dislate de la autoridad prefectural que programó para celebrar la gesta cívica del 10 de febrero y que no pasó de una burda actividad anticlerical para anular el Te Deum, celebración religiosa a la que asistió la mayoría de las autoridades y el pueblo católico.
Es necesario pensar que se tiene que trabajar para conseguir algún beneficio a favor de la región, pero resulta insulso ser obediente y hasta resignar la convicción y el compromiso de una línea de conducta para que después de la realización de nuestro Carnaval de Oruro las cosas se mantengan como siempre, sin ninguna esperanza de ejecutar el importante proyecto para consolidar la espiritualidad mariana y lo que es más con mayor número de promesas y compromisos que nunca se cumplen, aún cuando ni siquiera los asumen los candidatos oficialistas y quieren llegar por el voto masificado a ocupar los principales cargos de administración de nuestro departamento y nuestra capital. Ojalá algún día esa actitud cambie y no sigamos siendo utilizados para servir de escalera para quienes detentan el poder ignorando de forma permanente nuestros derechos.
(*) Periodista
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