Domingo 13 de julio de 2014
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Vamos a suponer que Argentina no hubiera pagado por el gas natural boliviano desde hace varios meses, por lo menos desde enero.
Y que ahora el gobierno argentino estuviera ofreciendo una solución un poco inusual, que consistiera en vender trigo a Bolivia, para entrega inmediata.
Después de haber desmentido en público las versiones sobre la demora en el pago por el gas, vamos a suponer, ambos gobiernos no quisieran que se difundiera esta nueva situación.
Entonces, vamos a suponer, ambos gobiernos optarían por hacer las cosas con mucho tino, pero sobre todo en reserva absoluta.
Si esta situación se diera, por supuesto, los detalles sobre cada una de las propuestas y contrapropuestas deberían ser tratados en absoluta reserva.
Si el trigo sería como parte de pago, o si Argentina estuviera pidiendo que no, que se le pague de inmediato, y que la cuenta del gas sea dejada para después, serían detalles en debate en estas tratativas.
Todo esto en medio de las negociaciones algo confusas de Argentina con sus acreedores internacionales, unos usureros que ni siquiera se han enterado del Mundial de Fútbol, y mucho menos de que Argentina llegó a la final.