Jueves 10 de julio de 2014
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Un asunto que usualmente predomina en una etapa pre electoral es el de la situación y las perspectivas de la economía. Sin embargo, hasta ahora no está en el debate político. Quizá esto se deba a que la indefinición de las candidaturas opositoras, lo que ha captado el mayor interés de los ciudadanos. Tampoco se prevé que se vayan a destacar los temas económicos ya que, al fin de cuentas, los ingresos de la Nación en estos últimos años se han incrementado por los excepcionales precios de los minerales y del gas que se exporta a Brasil y la Argentina. El Estado cuenta ahora con mayores recursos que hace una década, y esto lo siente la gente, aunque es notorio que hay caos y derroche en el gasto público.
Por supuesto que el oficialismo va a procurar –ya lo hace en la propaganda oficial– convencer a los votantes de que hay bonanza gracias a su gestión y a los cambios que ha introducido en el modelo económico y no por una coyuntura internacional favorable. Sin embargo, lo que tendría que ser debatido es la necesidad de fijar políticas que, con realismo, consideren las perspectivas económicas y la ineludible tarea de diversificar la producción exportable ante la posibilidad de que los precios internacionales no se mantengan siempre en los niveles que alcanzan por diversas circunstancias. Inclusive habría que prever que, eventualmente, no se pueda cumplir con la provisión de gas en los volúmenes pactados por falta de reservas suficientes lo que sería atribuible a la falta de inversión en el sector de los hidrocarburos.