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Jueves 03 de julio de 2014

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Ecológico Kiswara

Editorial

Recuperar las viejas buenas costumbres

03 jul 2014

Fuente: LA PATRIA

Si queremos mantener sano a nuestro planeta sería bueno recuperar las viejas buenas costumbres, porque las malas adquiridas en épocas recientes le hicieron y continúan haciendo daño al medio ambiente y a la naturaleza, por lo que ésta se ensaña a través de los fenómenos climáticos que muchas veces tenemos que lamentar por sus devastadoras consecuencias.

Antaño cada vecino tenía la buena costumbre de barrer su acera, e inclusive baldearla, de manera que no queden residuos sólidos, ni tierra o malos olores que además de dar un aspecto feo podía convertirse en foco de contaminación.

Otra buena costumbre era reunir la basura en tachos, para que cuando pasara el camión basurero, eso sí con horarios fijos y puntuales, los vecinos pudieran deshacerse de los restos que habían recopilado en su casa, de manera que las calles no quedaran inundadas de residuos contaminantes y los canes no se ocuparan de esparcir los mismos.

Por otra parte, se ve muchos envases desechables por todas partes, desde bolsas nylon, papeles de todo tipo y hasta cajas de cartón que se esparcen por el efecto del viento y van ensuciando toda la ciudad. Todo eso mezclado con la tierra que existe de manera natural en la periferia de Oruro, convierte a la ciudad en un verdadero botadero, de mal aspecto y peligroso para la salud de las personas.

Hablando de envases desechables, otro hábito que se tenía en Oruro ante la falta de plásticos, que se supone llegaron para facilitarnos la vida, es que se compraba todo en bolsas de tela o tejidas en nylon, pero no desechables, lo único que había que hacer es lavar la misma cada cierto tiempo y eso era todo, no habían bolsitas de todo tamaño, color y calidad volando por los aires en los días de ventoleras.

Asimismo, algunas personas lo hacían y otras aún lo hacen, se guardaba los envases de papel para luego arrojarlos a un basurero o contenedor, de manera que no estén “paseando” por toda la ciudad por efecto del viento.

Se debe corregir los malos hábitos que hemos adquirido con los años y con la llegada de los desechables, si no queremos inundarnos de basura en el mundo.

Una anécdota, unos ciudadanos extranjeros compraron refresco allá por los años 80 y cuando devolvieron la botella la vendedora reclamó por los vasos que les había prestado, los forá-

neos, acostumbrados a lo desechable confesaron que los habían tirado porque “ya no servían”, la señora les dijo “a ustedes no les servirá pero a mí me sirve”, esa frase quizás puede haber escandalizado a esas personas, pero en el fondo se trata de una buena costumbre para evitar que nuestro mundo se llene de desechos.

Fuente: LA PATRIA
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