Miercoles 02 de julio de 2014
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Los partidos políticos de oposición, luego de largas tratativas, han logrado conformar un grupo llamado “Frente Amplio” que, dicen algunos de ellos, estaría integrado por la mayoría de los grupos que pretendían intervenir en las próximas elecciones. Por supuesto, esperan que hayan otros que se les unan de tal modo que puedan tener una sola candidatura que haga frente a la fórmula oficial.
La formación del “Frente Amplio” ha implicado largas tratativas porque cada grupo consideraba ser “el mejor y el más apropiado”; fue difícil conciliar criterios y, lo más grave, renunciamientos y combatir soberbias y posiciones intransigentes que, de continuar, hubiesen implicado la desaparición de toda posibilidad de entendimiento.
Hay que convenir, sin embargo, que aún hay fuerzas importantes que se creen únicas y cuyos jefes están prevalidos de la creencia de no tener parangón con ningún otro candidato y que, en el fondo de los exámenes que hacen del “Frente Amplio”, llegarían a la conclusión de que fue un “equívoco”. Esta muestra de petulancia determina un temor: que no haya posibilidad de que ellos concilien posiciones y entiendan que asumiendo caprichos y creyendo que “no hay nada mejor que ellos”, no se llegará a ningún resultado. Por otra parte, también está por concretarse la posibilidad de que uno de ellos, también de izquierda y que por algunos años apoyó poderosamente al partido del actual gobierno, el MAS, vaya solo a las elecciones.