Solo en Cuba, o Corea del Norte… o eso pensé hasta no hace mucho. Pero desde el último censo, pasando por el famoso “estudio” de la hoja de coca que quiso hacernos creer que “comercio de la hoja de coca” es igual que “consumo” y que 33% es igual a 1.200.000 de acullicadores de 10.000.000 de habitantes… (¿No es el 11,2%?), pero bueno, con esto del reloj de la plaza Murillo que da la hora al revés, uno ya puede esperar cualquier cosa. Mi compadre Choque (¡este mi cumpa!) dice que un día vamos a amanecer de noche y anochecer de día porque a algún “iluminati” (sin alusiones personales) se le ocurrirá decretar que la tierra gire en sentido inverso, solo por darle la contra al poderoso norte y a la oligarquía. En fin.
Y le decía a mi compadre que no iba a comentar esto del informe de “monitoreo de los cultivos de coca” porque ya es tan evidente que este tipo de “informes” o “estudios” están hechos a la medida del cliente que este los “recibe con beneplácito” porque dicen lo que quiere. Y claro, hay ingenuos (como yo) que todavía los lee.
Roza en el sarcasmo que la UNODC cite como fuentes de referencia a los organismos del gobierno y al famoso “Estudio integral de la demanda legal de la hoja de coca en Bolivia”, como diciendo, “esto me han dicho que repita”. Lo de malo es que ya no hay otros estudios u otras fuentes de información para contrastar los datos que los proporciona el gobierno, porque se expulsó a USAID que daba recursos para hacer otros estudios. Así que lo que queda es aceptar o no lo que diga el gobierno. Pero es peor que la UNODC admita que hay información que no puede corroborar, pero que la incluyó de todas maneras en su informe (¿?¡¡¡¡!!!!!), como aquello de la productividad por hectárea cuando dice que el número de cosechas de hoja de coca ya no es la misma que antes. Y si ya no es la misma, ¿por qué la incluye? La productividad por hectárea de hoja de coca ha cambiado, es cierto. Según la “Operación Breakthrough” de la DEA, la productividad media de los suelos en los Yungas de La Paz era de 1,8 toneladas métricas/año y de 2,7 toneladas métricas/año en el Chapare, cuando las cosechas eran tres en los Yungas y cuatro en el Chapare, cada año.
En ese entonces, las plantas de coca tenían un espacio de 50 cm entre una y otra; ahora se siembran cada 25-30 cm, es decir los sembradíos son más tupidos. Otro punto a tomar en cuenta es que las plantas son más altas y tienen, por lo tanto más hojas; y, finalmente, que el número de cosechas se incrementó de tres a cuatro por año en los Yungas y a cinco por año en el Chapare (que es el dato que el informe de la UNODC no quiere mencionar). Estos dos últimos puntos se deben al empleo de fertilizantes, que antes no se usaban. El famoso estudio integral de la hoja de coca dice que la productividad media/año es de 1,4 toneladas métricas, sin especificar si esa cifra corresponde al Chapare o a los Yungas ni decir si corresponde a una, dos, o tres cosechas anuales. Todo sin contar que los métodos para extraer la cocaína de las hojas han mejorado al imitar a los narcos colombianos. Bueno. Que el lector crea o no datos que por lo menos parecen incongruentes, ya es cuestión de fe (“de fe política”, dice mi compadre).Estos son algunos puntos que dan qué pensar. Otros, aquellos extraídos de los informes de los organismos del gobierno o que tienen como referencia al famoso “Estudio integral de la hoja de coca” o al Censo, que son parte del “estudio” de la UNODC… en fin, el lector sabrá qué opinar…Por eso decía, no vale la pena comentar el informe de “Monitoreo de cultivos de coca 2013” de la UNODC, porque tiene toda apariencia de ser otro informe o “estudio” hecho a la medida.
Sin embargo, puedo estar equivocado o “especulando”. ¿Ud. qué cree?
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