Y la pregunta ciudadana es…cuál sitio?. Aunque hay que reconocer que la mayor parte del conglomerado social, ignora exprofesamente los sitios donde debe ser depositada la basura, en lo que corresponde a la que se genera en el diario trajín del día y la que se acumula en los domicilios y debe tener un mejor tratamiento de ubicación, considerando que el mejor es el carro basurero y no la esquina más próxima o el ya atestado basurero de la zona.
Este problema de la basura es realmente complejo, se han hecho varios intentos para eliminar los desechos de las calles y algo se logró con un sistema que aplicó hace años la empresa privada Dimensión Enasa, en base a un estudio que realizaron técnicos especializados en el movimiento de basura en ciudades más grandes que la nuestra, el sistema tuvo marcado éxito.
Ese intento se efectuó con la inclusión de un parque automotor de carros compactadores y volquetas, además de contenedores y buena cantidad de basureros flamantes ubicados en sitios estratégicos de la ciudad, en el centro y en los barrios marginales. La basura…casi, casi desapareció de la ciudad y lo que es importante los vecinos se disciplinaron para entregar sus bolsas de basura en días y horas que determinó la empresa.
Eso demuestra que es posible aplicar un sistema operativo para mantener limpia la ciudad, especialmente si en el intento colaboran las autoridades y los vecinos aceptan cumplir las disposiciones, bajo la alternativa de pagar sanción si son descubiertos como infractores a las normas.
Las formas de acción disciplinaria merecen su reimplantación, pero siempre y cuando la empresa de aseo pueda reponer el sistema de la ex operadora privada que con seguridad, por lo menos documentalmente lo tiene Emao y por lo mismo debería estudiarlo para actualizarlo como una manera de mantener limpia la ciudad y cumplir objetivos de saneamiento básico.
El grave problema es que la población en cualquier lugar de la ciudad se cree con derecho a dejar o botar su basura pensando que la obligación de limpiarla es responsabilidad sólo de los empleados de aseo y no es cierto, lo más importante para que la ciudad esté limpia es el accionar de la gente, que debe asumir como deber personal evitar ensuciar las calles, buscando basureros para echar papeles u otra basura quizá en contenedores.
Y claro que aquí surge el problema, los basureros son escasos en las calles y los contenedores han ido desapareciendo al punto que en la actualidad quedan muy pocos en condiciones aceptables para “contener” grandes cantidades de la basura vecinal.
Tomando en cuenta esos detalles sumamente críticos, es necesario que las autoridades del municipio asuman la responsabilidad de estudiar y dotar a la empresa de aseo de más unidades motorizadas y disponer la construcción de contenedores y basureros para que no exista el pretexto de carencia de esos elementos y por lo mismo prolifere la mala costumbre de ensuciar la ciudad.
Como observamos el asunto es que hay que disponer un sitio para la basura y acostumbrar al ciudadano común a poner la basura en su sitio, recordando un slogan muy apropiado al señalar que “una ciudad no es más limpia porque más se barre, sino porque menos se la ensucia”.
Fuente: LA PATRIA
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