Con la celebración de San Juan y el tema de las fogatas se actualiza el prurito del medio ambiente y surgen variadas opiniones, las que sugieren evitar la quemazón de variedad de cosas porque el efecto de ese hecho produce un atentado directo al medio ambiente.
Hace años que se desarrolla una campaña dirigida por organizaciones medioambientalistas prácticamente en todo el país y la fecha es propicia para que algunas ONGs justifiquen sus tareas y hasta sus gastos, patrocinando una serie de actos y movilizaciones de sus seguidores, recordando que es necesario conservar el medio ambiente sin contaminación y libre de humo, especialmente en la tradicional festividad sanjuanera que va perdiendo el sentido que se daba al encendido de fogatas en la que se conoce como la noche más fría del año.
Junio es el mes en que se recuerdan algunas disposiciones de la Ley de Medioambiente, aquellas prohibitivas al uso de materiales nocivos que encendidos son realmente dañinos, por ejemplo el caso de llantas u otros materiales plásticos o químicos. Sin embargo por tradición y necesidad los agricultores hacen fogatas con materiales naturales para preparar la tierra por la proximidad de una época de siembra.
En este mismo mes y pocos días atrás, propiamente el 15 pasado se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente instituido por las Naciones Unidas para recordar precisamente la necesidad de su conservación como elemento vital para la vida.
Cuando se habla del medio ambiente indudablemente que no sólo debe tomarse en cuenta la contaminación de las fogatas de San Juan que se encendían una noche al año y que han disminuido ostensiblemente, mientras otros factores seriamente contaminantes persisten en el daño a la comunidad todos los días del año. El grave problema emergente de la gran cantidad de motorizados, buena cantidad a diesel y otra suma de motorizados en malas condiciones que despiden vía escape un verdadero veneno para la salud… y el caso es cotidiano.
La falta de disciplina ciudadana y la práctica de ciertos hábitos, son otra de las causas para crear ambientes de cierto grado de contaminación, especialmente en las proximidades de centros de abasto o en el proceso de concentraciones masivas de personas.
El descuido en la limpieza de boca tormentas o cloacas en el mismo centro de la ciudad, la basura esparcida en esquinas, la presencia de jaurías de perros vagabundos que ensucian las calles, la poca práctica de aseo ciudadano son otras condiciones negativas en el tema del medio ambiente, pero permisibles también todos los días del año.
El asunto no está entonces en motivar campañas esporádicas en defensa del medio ambiente, debería ser una acción permanente en base a políticas de responsabilidad personal desde los centros educativos y empezando por los niveles inferiores para crear conciencia adecuada en los niños y jóvenes y estos que puedan motivar conductas especiales en los adultos, todo con apoyo de campañas públicas en las que predomine el cuidado de la naturaleza, de las plantas, de la salud ciudadana, del derecho general a vivir sin ningún tipo de contaminación.
La comidilla del medio ambiente debe pasar esa etapa de mucha palabrería en ciertas ocasiones y convertirse en un programa permanente de educación ciudadana, pero además y sobre todo con responsabilidad de las autoridades para que hagan cumplir en toda su extensión la Ley de Medio Ambiente, con una serie de disposiciones aleatorias.
Fuente: LA PATRIA
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