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Domingo 22 de junio de 2014

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Revista Dominical

Empresa Nacional de Fundiciones (ENAF)

22 jun 2014

(Su azaroso camino) • Por: Eduardo Quillaguamán

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Tiene la forma aproximada de un paralelepípedo (que difícil palabra), sobresale por su gran tamaño y brillantez, se encuentra en la parte central de los predios de nuestra histórica Empresa Nacional de Fundiciones (ENAF), actualmente denominada Empresa Metalúrgica Vinto, se parece a un edificio salido de esas películas futuristas de ciencia ficción, su fisonomía exterior está dividida en dos partes: la inferior, que cubre totalmente las paredes es de color blanco, de la mitad hacia arriba presenta una especie de cañerías y chimeneas, siendo de un verde claro impreciso. No tuve duda de que era el nuevo horno de última generación llamado Ausmelt. En efecto, el 22 de febrero de 2008 en el gobierno del actual Presidente Evo Morales se suscribió un contrato de adquisición de licencia tecnológica del horno Ausmelt de origen australiano. Dicen que abaratará los costos e incrementará la producción en un 90 por ciento. Se ve que nuestra empresa está avanzando a pasos gigantescos.

Si retrocedemos al pasado, estaba en la agenda de las delegaciones estudiantiles que visitaban nuestra ciudad, visitar obligatoriamente la Empresa Nacional de Fundiciones como parte de sus viajes de estudio, admirar la adelantada tecnología, su importancia económica, su significado político que denotaba soberanía e independencia; ya que ahora nuestro estaño se exporta en lingotes con su respectivo valor agregado que eleva su valor comercial. Nuestro país sometido en el pasado a intereses imperialistas y de las transnacionales, logró en parte su independencia económica y política merced a la Empresa Metalúrgica Vinto.

Pero, tuvo que pasar mucho tiempo marcado por un camino azaroso, lleno de adversidades, para que ese sueño se plasme en realidad. Los enemigos que frenaron ese proyecto de tener una fundición de los bolivianos estaban a la vista, desde los intereses imperialistas hasta la oligarquía boliviana que representaban los intereses de los “Barones del Estaño”, inclusive continuaron obstruyendo después que se nacionalizaron las minas (1952).

El dato más antiguo que se tiene sobre la instalación de una fundición de estaño en Bolivia, fue cuando Ismael Montes, que, en 1913 se encontraba viviendo en París (Francia), en calidad de ministro plenipotenciario, tenía por intención organizar una fundición en nuestro país, se reunió el dinero indispensable para empezar, siendo los principales socios: industriales franceses, Simón I. Patiño que ya había consolidado su posición económica y Montes junto a su amigo Pedro Suárez. Una comisión de ingenieros franceses viajó a Bolivia en junio de 1913, haciendo los estudios correspondientes vieron que era factible y se podía, decían por ejemplo que la falta de carbón se podía reemplazar con caídas de agua que existían y podían generar electricidad. Empero, cuando todo ya estaba organizado, estalló la Primera Guerra Mundial (1914-1918) diluyendo este proyecto.

Patiño, con respecto a las fundiciones da dos saltos como era su costumbre: Antes de la primera Guerra Mundial residía en Hamburgo (Alemania) y su estaño era tratado por una fundición alemana. Ante el peligro de la guerra que se preveía, dirige sus intereses a Inglaterra concretamente hacia la fundidora Williams Harvey de Liverpool, donde debería fundirse sus minerales. Patiño perspicaz por naturaleza empieza a comprar acciones de la Williams Harvey; el otro salto se produce en 1929 cuando Patiño adquiere la fundición inglesa, crea un monopolio de la producción del estaño, también se convierte en accionista de la norteamericana National Lead Co. y de otras empresas fundidoras. ¿Planta fundidora en Bolivia? Ya no interesaba y se utilizó todos los medios para sabotearla, frenarla y postergarla.

Fueron tres patriotas bolivianos a su turno quienes lucharon a brazo partido para establecer una fundidora en Bolivia, a saber: José Núñez Rosales profesor universitario, desde la gerencia del Banco Minero de Bolivia en 1948 dice: “Contando la nación con barrillas fuertemente concentradas, no hay impedimento alguno, ni económico ni técnico, que impida fundir en Bolivia nuestras barrillas de estaño”; Jorge Zalesky, llegó a Bolivia contratado por Núñez Rosales para el Banco Minero, éste nació en Ucrania pero vivió en Alemania, se hizo metalurgista y se especializó en el estaño, pensaba que si, técnicamente era posible una fundición en Bolivia y económicamente era necesaria, ¡debía construírsela!; el tercero y el más importante fue Mariano Peró, nació en Sucre, trabajó en Tacna en la fundición de Bismuto como un obrero más.

Se traslada a Potosí, posteriormente a Huanuni, estableciéndose definitivamente en Oruro, donde monta un ingenio de concentración. Es a partir de 1934 cuando empieza a pensar seriamente en la fundición, escoge como lugar para construir su empresa el barrio de Agua de Castilla (sur de la ciudad). En mayo de 1937, se inicia la construcción del edificio que albergara la futura planta. Empero, el sabotaje que propicia la oligarquía minera comienza y dificulta el funcionamiento de esta planta. Pese a los obstáculos continuó en su brega. Fue el presidente Villarroel quien entusiasmado le apoyó en ese su propósito en contra de los privilegios de la Rosca minera. La instalación estaba terminada, los hornos para fundir listos para trabajar, logró llevar los dos primeros lingotes a la vista del presidente Villarroel. Dicen que los ojos verdes del presidente mártir brillaron emocionados, admirando esta proeza de Peró.

Sin embargo, Villarroel ya no tuvo tiempo de nada, la rosca minera no lo permitió, murió colgado de un farol de la plaza Murillo. Después de este fatídico hecho que ocurrió en 1946, Peró decepcionado fue al palacio de gobierno y retiró sus lingotes manchados con sangre.

Después de la Revolución Nacional, en 1955, con mayor ahínco fundó la “Fundición de Estaño Oruro S.A.” (Funestaño), su esfuerzo de 20 años tuvo sus frutos, amplió su empresa, pero, lo fundamental para el país fue que demostró que era posible instalar hornos de fundición en Bolivia, el Estado continuó por ese camino. Se puede hablar mucho de Mariano Peró, resumiremos diciendo que consagró toda su vida a la fundición nacional de estaño, fue él quien hizo sus primeras gestiones con el presidente Montes, el presidente Villarroel fue el primero en apoyarle. Pese a los contragolpes de la gran minería (Barones del Estaño), podemos decir que salió triunfante.

Después de la Revolución Nacional de 1952 la fundición de Peró, absorbe la cuarta parte de la producción nacional, suscribe contrato con la Corporación Minera de Bolivia que en todas sus cláusulas favorecen al Estado boliviano. Conciente del poder al cual se enfrentaba solía decir: “Yo siempre he pensado que me pueden eliminar físicamente pero la fundición quedará”. Actualmente la empresa que creó funciona en la zona industrial de Huajara y está dirigida por uno de sus descendientes. Peró, el pionero falleció en 1964.

Así fue la vida de estos tres hombres, baluartes de la fundición de estaño en Bolivia, los dos primeros fallecieron en circunstancias extrañas. Salesky sufrió el impacto de una bala perdida en un tumulto en la ciudad de La Paz, él se encontraba a varios centenares de metros del lugar. La muerte de Núñez Rosales dicen que fue un crimen político, era opositor de Víctor Paz Estenssoro.

Luego de la Nacionalización de las Minas, hito importante, la aspiración general del pueblo boliviano era crear una fundición de estaño siendo los trabajadores mineros los más entusiastas, resolvieron aportar con parte de su salarios para la instalación de los hornos. Durante la presidencia de Ovando Candia, se promulga el decreto ley en julio de 1966, para la creación de la Empresa Nacional de Fundiciones que inicia sus operaciones recién el 9 de enero de 1971 en el gobierno de Juan José Tórrez.

Según Ovando el decreto para la creación de ENAF se realizó en el más absoluto secreto para despistar y burlar a los norteamericanos, que eran en realidad el poder detrás del poder. El asesoramiento estaba a cargo de técnicos alemanes y no de norteamericanos, cuando terminó la reunión de gabinete, a los pocos minutos el embajador norteamericano Henderson telefoneó a Ovando sugiriéndole apoyo de técnicos norteamericanos. Seguramente, algún ministro amigo del gobierno estadounidense llamó a la embajada norteamericana para comunicarle la nueva noticia. Muchos bolivianos estudiaron en Estados Unidos y regresaron al país bien formaditos, fieles a los designios del imperio, se postularon para presidentes, algunos lograron su objetivo, desde esa posición propiciaron el saqueo de nuestros recursos naturales. Algunos de estos en los tiempos actuales siguen operando tanto del exterior como dentro de nuestro país, siguen postulándose para llegar al poder, no se dan cuenta que el tiempo y la historia ya los pisó.

Después de la Nacionalización de las Minas Antenor Patiño, hijo de Simón Patiño, continuaba todavía tranquilo, en sus adentros sabía que nuestro estaño iba ser tratado por la fundidora William Harvey de la cual él era propietario. En efecto, durante 20 años más se llevó nuestro estaño a esa empresa de Liverpool para fundirla.

Después de una etapa de tranquilidad en la producción, vinieron los neoliberales con su política privatizadora lanzaron el famoso decreto 21060. ENAF que era una empresa autárquica, autogestionaria, autónoma y autosostenible se disuelve y pasa a formar parte de la Comibol. El decreto genocida fue un golpe duro y fatal para todos los trabajadores mineros, los trabajadores de ENAF no se salvan de esta hecatombe, pese a ser una empresa rentable es debilitada y ofrecida a precio de gallina muerta a las transnacionales. En el aspecto social, hasta el 31 de agosto de 1988 fueron relocalizados o retirados 1.548 trabajadores metalurgistas, es decir, que de 2.090 trabajadores que tenía, quedaron 442 trabajadores, número que aproximadamente corresponde a los tiempos actuales, fue una verdadera masacre blanca.

Con la ley de capitalización del 21 de marzo de 1994 la Empresa Metalúrgica Vinto estaba lista para regalarla al mejor postor. El 20 de diciembre de 1999 es transferida a la transnacional inglesa Allied Deals en la irrisoria suma de 14,7 millones de dólares, cuando su valor real se estimaba en 140 millones de dólares. Esta empresa fue en realidad un palo blanco, más tarde aparecerá el verdadero interesado. La Allied Deals no cumple con el contrato, además se declara en quiebra. El gobierno de Inglaterra interviene y delega a la empresa liquidadora Grand Thorthón para cerrar operaciones, esta empresa el año 2002 transfiere Vinto a Comsur, empresa de Sánchez de Lozada en 6 millones de dólares, ahí estaba el quid de la cuestión el verdadero interesado fue Sánchez de Lozada. Por suerte para la nación, Sánchez de Lozada repudiado por todo el pueblo boliviano huye del país en octubre de 2003, pero, aparece la transnacional suiza Glencore anunciando que adquirió de Sánchez de Lozada Vinto y otras empresas mineras. ¿No fue otro palo blanco?

De todas maneras, El 9 de febrero de 2007, por el Decreto Supremo dictado por el gobierno revolucionario de Evo Morales Ayma, denominado éste decreto “Federico Escóbar Zapata”, en homenaje a este líder sindical de Siglo XX, que murió extrañamente en un hospital de La Paz en la década de 60, en tiempos de la dictadura de Barrientos, Vinto es revertida al Estado.

Actualmente la empresa goza de buena salud y la nueva tecnología implantada con el horno fundidor denominado Ausmet, que sintetizará el proceso metalúrgico de tostación, volatilización, reducción, refinación y cristalización para obtener el estaño metálico, vislumbra para el futuro de la empresa en conjunto mejores días. Los trabajadores que pondrán su hombro poseen la mano de obra calificada correspondiente.

El día 9 de enero de 2014 día del metalurgista, se renovó el directorio sindical, el anterior dirigente don Pablo Delgado, hombre afable, sencillo, de nobles intenciones y de convicciones firmes, apoyado por otros buenos dirigentes que hicieron una buena gestión, cedieron su lugar a la nueva directiva formada por el joven y dinámico dirigente don Eddy Salas secundado por uno de los trabajadores más antiguos y de gran experiencia sindical don Freddy Guzmán como secretario de Relaciones. Juventud y experiencia combinados llevarán a la Empresa Metalúrgica Vinto sin duda, por el mejor camino. A propósito, siempre tuvo buenos dirigentes, todos le recuerdan con gratitud a Henry Aguilar. Dirige la empresa acertadamente el Gerente General, Ing. Don Ramiro Villavicencio quien es muy querido y apreciado por sus trabajadores.

BIBLIOGRAFÍA: El Poder y la Caída

de Sergio Almaraz Paz

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