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Sábado 21 de junio de 2014

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El dinero

21 jun 2014

Por El Alquimista

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¿Por qué el dinero ha asumido tanta importancia en nuestras vidas? ¿Acaso dependemos exclusivamente de él para nuestra propia felicidad psicológica? Todos los seres humanos necesitamos, pan, abrigo y refugio; esto es obvio. Pero, ¿por qué, esto tan natural y sencillo para las aves del cielo, ha asumido tan tremenda importancia y significación para nosotros? El dinero ha asumido tal valor exagerado y desproporcionado porque psicológicamente dependemos de él para nuestro bienestar. El dinero alimenta nuestra vanidad personal, nos da prestigio social, nos brinda los medios para lograr el poder. El dinero ha sido usado por la mente con fines y propósitos totalmente diferentes de los que tiene en sí mismo. El dinero está siendo utilizado con propósitos psicológicos; esa es la causa por la cual el dinero ha asumido una importancia exagerada y desproporcionada; originando lucha y conflictos por poseerlo.

Es lógico que tengamos necesidad de conseguir dinero para satisfacer nuestras necesidades físicas. Pero si dependemos del dinero exclusivamente para nuestra propia felicidad y satisfacción personal, entonces somos los seres más desgraciados de la tierra. Cuando comprendemos profundamente que el dinero sólo tiene por objeto proporcionarnos pan, abrigo y refugio, entonces le ponemos espontáneamente una limitación inteligente; el resultado de esto es que el dinero ya no asume ante nosotros esa importancia tan exagerada que tiene cuando se convierte en una necesidad psicológica.

El dinero en si no es bueno ni malo. Todo depende del uso que hagamos de él. Si lo utilizamos para el bien, es bueno. Si lo utilizamos para el mal, es malo.

Necesitamos comprender a fondo la verdadera naturaleza de la sensación y de la satisfacción. La mente que quiera llegar a comprender la verdad debe estar libre de estas trabas, tenemos que empezar con aquellas sensaciones que son para nosotros más familiares, y establecer allí el adecuado cimiento para la comprensión. Las sensaciones tienen su lugar adecuado y cuando las comprendemos profundamente en todos los niveles de la mente, no asumen la deformación que ahora tienen.

El ser humano es demasiado pobre internamente y por eso necesita del dinero y de las cosas para su sensación y satisfacción personal. Cuando alguien es pobre internamente busca externamente dinero y cosas para completarse y buscar satisfacción. Es por eso que el dinero y las cosas materiales han tomado un valor desproporcionado y que el ser humano esté dispuesto a robar, explotar, y mentir para conseguirlo. A eso se debe la lucha entre el capital y el trabajo, entre patronos y obreros, entre explotadores y explotados, etc.

Son inútiles los cambios políticos sin haber comprendido antes nuestra propia pobreza interior. Pueden cambiarse una y otra vez los sistemas económicos, pueden alterarse una y otra vez el sistema social, pero si no hemos comprendido profundamente la íntima naturaleza de nuestra pobreza interior, el individuo creará siempre nuevos medios y caminos de obtener satisfacción personal a costa de la paz de otros.

Es urgente comprender profundamente la naturaleza íntima del “mí mismo”, si es que realmente queremos ser ricos internamente. Quien es rico internamente es incapaz de explotar al prójimo, es incapaz de robar y de mentir. Quien es rico internamente está libre de las trabas de la sensación y satisfacción personal. Quien es rico internamente ha hallado la felicidad.

Necesitamos dinero, es cierto. Pero es necesario comprender profundamente nuestra justa relación con éste. Ni el asceta, ni el avaro codicioso han comprendido jamás cuál es la justa relación con el dinero. No es renunciando al dinero, ni codiciándolo, como podemos llegar a entender nuestra justa relación con éste. Necesitamos comprensión para darnos cuenta inteligentemente de nuestras propias necesidades materiales sin depender desproporcionadamente del dinero.

Cuando comprendemos nuestra justa relación con el dinero, termina de hecho el dolor del desprendimiento, y el sufrimiento espantoso que nos produce la competencia. Debemos aprender a diferenciar entre nuestras necesidades físicas inmediatas y la dependencia psicológica de las cosas. La dependencia psicológica de las cosas crea la explotación y la esclavitud.

Necesitamos dinero para cubrir nuestras necesidades físicas inmediatas. Desgraciadamente la necesidad se transforma en codicia. El “yo” psicológico, percibiendo su propia vaciedad y miseria, suele darle al dinero y a las cosas un valor exagerado y absurdo, distinto al que tienen. Así es como el “yo” quiere hacerse sentir, deslumbrar al prójimo con las cosas y el dinero. Hoy en día nuestra relación con el dinero se basa en la codicia. Alegamos siempre necesidad, para justificar nuestra codicia. La codicia es la causa secreta del odio, y de las brutalidades del mundo. La codicia es la causa de la guerra y de todas las miserias de este mundo. Si queremos acabar con la codicia del Mundo, debemos comprender profundamente que ese Mundo está dentro de nosotros mismos. Nosotros somos el Mundo, la codicia de los demás individuos está dentro de nosotros mismos. Solo acabando con la codicia que llevamos dentro terminará la codicia en el mundo. Sólo comprendiendo el proceso complejo de la codicia en todos los niveles de la mente, podemos llegar a experimentar la Gran Realidad, que es felicidad y plenitud.

(Extractado de la Conferencia

del V.M. Samael Aun Weor)

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