Existe una creciente demanda del “grano de oro” en Estados Unidos y en países europeos, de ahí que la producción regular que se logra en los centros del altiplano nacional ya no abastece para cubrir los pedidos de la quinua en los crecientes mercados externos.
Ese fenómeno especial que se presenta en el exterior ha generado una inevitable reacción especulativa entre los productores y hay quienes aseguran que hasta los primeros días del mes en curso se pudo evidenciar que el precio de la quinua se duplicó en los grandes centros de abasto, donde justifican tal situación atribuyendo responsabilidad a los comercializadores que han aplicado nuevos valores al quintal de quinua y existen algunas variantes en cuestión de calidad y otras alternativas de comercialización.
Un hecho que no debería causar problemas es el abasto del producto en el mercado orureño, en cuyas provincias y localidades ya conocidas se cultiva, se cosecha y se da tratamiento especial al grano de oro, sin embargo sucede que en este principal centro de producción y comercio la quinua ha subido de precio y su abastecimiento es cada día menor.
Si bien la demanda interna es aún incipiente, pese a recomendaciones incluso del Gobierno central, de centros de salud y de organizaciones internacionales, la población está tomando conciencia del valor nutritivo de la quinua y en esa transición sumamente importante resulta que el producto escasea y lo que es más grave cuesta más que en otros mercados del país.
Las investigaciones comprobadas a nivel internacional sobre el valor de los nutrientes que contiene la quinua original ha hecho que tal certificación sea considerada prioritaria para la alimentación diaria en otros países y con una recomendación casi obligatoria para alimentar la población, con lo que se ha venido en llamar también el “super alimento del presente”, como lo confirmó un alto ejecutivo de la FAO.
Frente a esa decisión de incluir la quinua boliviana (orureña) en la dieta diaria de miles de hogares en el exterior, los comercializadores que en algunos casos son grandes comercios o cadenas de provisión de alimentos, insisten ante los proveedores la necesidad de aumentar la producción del maravilloso alimento para satisfacer su requerimiento propiamente cotidiano.
Una información internacional, frente a la excesiva demanda de quinua en los mercados externos, refiere que “por lo menos en 30 sitios especiales se estaría experimentando con plantaciones de quinua”, lo que significa la creación de un vasto escenario para la producción de quinua que abrirá la competencia que puede poner en conflictos a los productores tradicionales.
Sin embargo, un punto de referencia sumamente importante es que pese a muchos estudios, investigaciones de laboratorio y por supuesto trabajos hasta en las mismas regiones productoras, quienes desean convertirse en grandes cultivadores y proveedores del grano de oro, se han convencido que “la quinua transgénica” o aquella que pretendidamente se quiere adaptar a otras tierras y climas, pierde gran parte de su valor tradicional original.
Por lo mismo hay un desafío a los agricultores de quinua en el altiplano boliviano y especialmente a los que producen en el Departamento de Oruro, para incrementar la producción, sin que esto signifique desmejorar la calidad del producto. Para ese fin por lo que se sabe se requiere más apoyo oficial, para mejorar las condiciones de trabajo, incorporando más tecnología para que el grano de oro alimente al mundo.
Fuente: LA PATRIA
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