Es un día de tradición y de fiesta en el mundo católico, pues se conmemora la Eucaristía y la Presencia de Cristo. Una versión del origen de esta celebración data del año 1264, cuando en un templo italiano al momento de consagrar la hostia, la misma empezó a sangrar.
El Corpus Christi, Cuerpo de Cristo se convierte en una fiesta de fe para los católicos que recuerdan el hecho conocido como el “Milagro de Bolsena” y la tradición cristiana recorrió en el tiempo y el espacio desde el siglo XIII cuando Clemente V en el Concilio de Viena dispuso adoptar la celebración y Juan XXII recopiló varias leyes y las promulgó extendiéndolas por el mundo, de ahí que se marca la presencia de Cristo.
Son varios los eslabones que forman parte de las celebraciones católicas y que pasan desapercibidas para la grey católica, sin embargo, tiene una íntima relación que comienza en la Pascua de Resurrección, prosiguen cuarenta días después con la Ascensión de Cristo, en los diez días siguientes se recuerda Pentecostés que simboliza la llegada del Espíritu Santo entre los hombres y una semana luego está la celebración de la Trinidad (Dios, Padre y Espíritu Santo) y luego de cinco días siguientes llega la celebración siempre en jueves del Corpus Christi.
Como se observa se trata de varios actos que forman la cadena de reafirmación de la verdad sustantiva de la fe cristiana, que recuerda la presencia de Cristo entre los hombres a través de la Eucaristía.
Lo más importante de este hecho se explica en lo trascendental de la celebración, una festividad espiritual que tiene que ver con los valores de la justicia, solidaridad y sobre todo la fraternidad entre todos.
El sentido humano que se da a la conmemoración especial es la contemplación con la presencia de Jesucristo en el momento de la Consagración, pero además y sólo en este día a través de la presencia de los católicos que se acercan al Santísimo Sacramento de la Eucaristía para alimentarse de esa revitalización de su fe.
La ocasión entonces es propicia para que los católicos estén en disposición total para vivir y testimoniar esa sintonía espiritual con Jesucristo que es el signo de salvación y de vida, precisamente en un tiempo en que todas las muestras de solidaridad, de entendimiento, comprensión y amor deben darse desde una reconciliación directa con el Hijo de Dios.
Hay que tener la certidumbre de que en este día de Corpus Christi la unión es el mejor ejemplo de cumplir los propósitos del Hijo de Dios de juntar su grey y extender sus bendiciones para todos, eliminando los estratos sociales y fortaleciendo una sola familia y en una sola Iglesia.
Una serie de actos completan la celebración del día del Cuerpo de Cristo, en los mismos la Iglesia exhorta a sus fieles a ser fraternos y justos, principios que permiten alcanzar los mayores objetivos de convivir en armonía, con fe en la verdad y en la justicia, es tiempo de pensar en la verdadera fe que sólo puede alentar la presencia del Corpus Christi, recuperando ese misterio a través de las oraciones.
Fuente: LA PATRIA
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