Lunes 16 de junio de 2014

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Editorial y opiniones
Cada persona construye hoy su hogar futuro
16 jun 2014
Por: Maximiliano Corradi
El cuerpo humano también puede calificarse como la envoltura temporal del alma, lo que nos hace preguntarnos: ¿Qué sucede entonces tras la muerte?, ¿dónde se encontrará el alma de cada ser humano? La respuesta es que cada día, cada persona determina el rumbo que su alma tomará cuando fallezca. El alma es atraída por aquellos ámbitos del mas allá donde le esperan las energías de sus culpas no saldadas, es decir las propias cargas y ataduras que el hombre tuvo la ocasión de purificar durante su vida y que no obstante dejó pendiente. Por tanto cada día toda persona determina donde se encontrará su alma después de la muerte del cuerpo.
El ser humano es comparable a un ordenador. Cada uno de nosotros introduce, es decir graba en el ordenador llamado «hombre», muchos datos. El hombre y el alma registran las grabaciones correspondientes, pero también las constelaciones planetarias correspondientes reciben los datos de cada ser humano y los irradian día a día poco a poco al alma y al hombre. La persona, como ser humano, experimenta sucesivamente las grabaciones correspondientes, pero el alma desencarnada sin embargo es conducida por las constelaciones planetarias a confrontar y purificar lo que el hombre, en el transcurso de las encarnaciones le ha impuesto, le ha atribuido con pensamientos, palabras y obras. El alma por tanto estará confrontada con las grabaciones negativas de lo que fue su ser humano y se ve ante la tarea de disolver esos nudos negativos de energía.