Sábado 20 de febrero de 2010
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Cuando se trata de perder a las almas buenas conduciéndolas al lado de sus huestes infernales, el Diablo no desaprovecha ninguna oportunidad y fue así que esta mañana muy temprano acudió a mi escritorio para reiterar y formalizar sus tentaciones en este día en que la Iglesia Católica nos recuerda el atrevimiento del Diablo que lo llevó a tentar a nuestro Señor Jesucristo.
El Diablo ingresó a mi escritorio atravesando la puerta que se hallaba herméticamente cerrada y apareció a mi lado para conversar conmigo acerca de las tentaciones que están de moda en nuestro país.
Según el Diablo, en las épocas felices del neoliberalismo (felices para unos y tristes para otros) una de sus tentaciones más felices y de mayor éxito fue: “Si tú me entregas tu alma, yo te conseguiré una amante rusa” y cuentan las comadres que en ese tiempo llegó una legión de señoritas rusas a Cochabamba, no por arte del Diablo sino de la caída del Imperio Soviético y el trágico desempleo en todos sus países importantes.
