Principios Universales

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Con el afán de rememorar la inquietud que nos animó a crear este portal de comunicación abierta a todas las corrientes del pensamiento filosófico universal y con el ánimo de reforzar la vocación de servicio desinteresado que bulle desde nuestro interior, a continuación transcribimos el primer artículo con el que empezamos hace más de 6 años, (un 1º de marzo de 2008), esta apasionante aventura de compartir con nuestros amables lectores la maravillosa Sabiduría Universal de los más grandes Maestros de todos los tiempos. Confirmamos nuestro compromiso de seguir difundiendo hacia adelante esta maravillosa sabiduría liberadora y edificante, que nos da luces para el desarrollo de nuestro espíritu, el bienestar de nuestra alma y la perfecta salud de nuestro templo corporal.

Con artículos que nos mostrarán la sabiduría universal de todos los tiempos en términos comprensibles y adecuados al tiempo en que vivimos, deseamos compartir con nuestros amables lectores todo el inmenso acerbo de conocimientos esotéricos de todos los tiempos que son el patrimonio de toda la humanidad y que no llegaron a ella por falta de una adecuada difusión, ya que en tiempos antiguos el esoterismo era hermético y reservado solo para selectos grupos esotéricos que no compartían su sabiduría con los del mundo exterior.

Hemos comprendido que lo que más falta hace a la humanidad es “Amor” y “Sabiduría”. Nos hemos olvidado que estas son las dos columnas principales sobre las cuales se sustenta la creación. No conocemos las leyes universales ni cómo está estructurado el Cosmos en base a las mismas; es por esta razón que no podemos expresar el amor universal en sus diferentes facetas y dimensiones.

La educación que recibimos es incipiente, nos han capacitado solo para podernos ganar la vida, pero no sabemos casi nada de la vida misma. Ante la muerte nos quedamos perplejos sin saber qué hacer, sin darnos cuenta que el nacimiento y la muerte son solo los dos extremos de una hermosa verdad llamada existencia que se desarrolla en el tiempo y en el espacio en ciclos por toda la eternidad.

Hemos desarrollado una impresionante tecnología que nos debería ayudar a ser felices, pero la realidad es que nos hace más infelices aún, porque en vez de liberarnos nos esclaviza.

Nos hemos alejado de la madre naturaleza, olvidándonos que de ella nacimos y que a ella volveremos, divorciándonos totalmente del equilibrio maravilloso del fluir y refluir de los 4 elementos en los ciclos de evolución e involución de la vida libre en su movimiento.

En fin la soberbia y la ignorancia nos han llevado al punto de ser los únicos destructores de nuestra maravillosa morada planetaria, sin darnos cuenta que somos solo una gran familia global donde todos deberíamos tratarnos como hermanos, tal como verdaderamente somos, sin fronteras ni diferencias, todos buscando el desarrollo del amor que es el sumun de todas las virtudes y la felicidad plena que es el resultado del vivir en armonía y paz, libres de odios, susceptibilidades, temores, traumas, complejos, envidias, lujurias, vanidades y egoísmos que son nuestros estados interiores que causan las guerras y la destrucción, la infelicidad y la desesperación.

Conociéndonos a nosotros mismos conoceremos al universo y a los dioses y podremos vivir de acuerdo a las leyes divinas universales, creciendo interiormente, desarrollando esa semilla de Dios que mora en nosotros y que es nuestro ser inmortal y eterno, la causa de nuestra existencia, el objetivo principal de nuestra vida, la razón misma de nuestro transitar por la eternidad.”

El Alquimista (1º de marzo de 2008).