Entre rituales y ofrendas: La Víbora de la Leyenda

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Oruro se encuentra rodeado de importantes espacios ceremoniales cuya data en su devoción proviene de época prehispánica, así nos cuenta don Alberto Guerra Gutiérrez quien se dedicó a investigar sobre estos elementos para compartir esta parte de la tradición oral hacia las nuevas generaciones.

Entre muchos que circundan la ciudad, nos encontramos en la zona Sur con la “Víbora”, que destaca su presencia desde la boca que se encuentra muy próxima a la Iglesia de Chiripugio y su cuerpo se extiende a lo largo de los cerros serpenteados; en la actualidad, el crecimiento urbanístico impide apreciar en todo su esplendor el cuerpo de la víbora y su cabeza, sin embargo, el cuerpo aún es visible.

La víbora, de acuerdo a la tradición de la Leyenda de Huari y los Urus corresponde a una de las plagas enviadas por este dios acosando a los Urus que se negaban rendirle reverencia, por lo que la Ñusta, con sus poderes divinos, la cercenó y la convirtió en piedra.

De la misma manera, cuenta la tradición, que en época colonial se encontraba un arbolito a la altura de la “boca de la víbora”, tal vez el único, pues la ciudad no tenía los frondosos árboles que adornan los parques y plazas, siendo este un habitante solitario en medio del altiplano, y es por ello también que la población se trasladaba en un “viaje” hacia el sector sur que duraba todo el día, generalmente se lo hacía a pie hasta la capilla que era parte de una finca particular pero que sus puertas eran abiertas para el culto de la población en general aprovechando de realizar las ofrendas a la Víbora. La tradición hizo que se consolidara el Domingo de Tentación convirtiéndolo en atractivo principal para cerrar el Carnaval en medio de comparsas y música de bandas apostadas sobre improvisadas plataformas de camiones de alto tonelaje.

En la actualidad, si bien no se puede realizar aquellos días de campo, podemos aún apreciar los rituales para comprender la importancia sagrada de nuestra ciudad, que viene de tiempo lejano, en la Víbora, entre muchos otros que se ubican en los Rincones de mi Tierra.

Fuente: LA PATRIA