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Sábado 20 de febrero de 2010

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Devoción Divina

20 feb 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: El Alquimista

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La devoción es acción dedicada al culto divino, que se expresa como: manifestación de amor a Dios, de piedad, veneración, fiel obediencia a la voluntad divina, fervor religioso y gratitud sincera. Todo mediante una actitud de elevado ánimo y emoción superior de total entrega y sumisión de todas las facultades, de todas las potencias, de todos los valores y de todo cuanto encierra la voluntad humana puesta al servicio del Ser; no por temor o por obligación, sino más bien por amor y Fe conscientes, que son el resultado de una convicción real y vivencial de nuestra conexión con lo divino.

La devoción se puede expresar de muchas maneras: mediante la oración, la meditación, la contemplación, la adoración o cualquier acto de piedad o caridad universal, pero la forma en la cual adquiere más belleza es a través de la oración espontánea que brota desde las profundidades de nuestro templo corazón en frases sinceras que expresan el estado de plenitud y voluptuosidad espiritual que estamos experimentando en ese momento de conexión con lo divino. Un ejemplo de estas oraciones devocionales que nos inspiran grandemente, es la oración de San Francisco de Asís, que publicamos en un artículo anterior. A continuación transcribimos otra magnífica oración, inspirada en la devoción profunda de un alma entregada al trabajo espiritual amoroso y dedicado:

Devoción o El Pensamiento Constante en la Divinidad:

“Camino por el sendero que me ha mostrado la vida. Es un sendero que a momentos se hace muy estrecho, pero por encima de su estrechez, mi mente vuela libre y soberana sobre la lluvia y el frío”.

“No soy un caminante común y corriente. Soy el que soy, discípulo del Sublime Nazareno, que me ha enseñado a creer en lo imposible, y es en lo imposible, donde el que se dice discípulo prueba su valor y fe”.

“No me detengo a calcular si ganaré o perderé. Pues si así lo hiciere perdido estaría antes de empezar la batalla. Es una batalla de honor. Peleo contra mis defectos y vicios. Peleo contra mis miedos y deseos imperfectos. Peleo sin darme cuenta que peleo. Y no me motiva el perder o ganar, mas por encima de mí está aquel por quien siempre luché. Es mi Cristo Interno. Es mi lucero imperecedero. Es esa luz de esperanza que hace que lo negro sea transmutado en blanco inmaculado”.

“Es el Cristo de mi océano, inconmensurable en su apogeo. Impredecible en su tiempo sin tiempo. Imponderable en su amor eterno. Y cuando impotente me siento, más siento que él está en mí. Ese sentir es la gloria de esa gracia infinita, que cual fuente eterna de omnipotente manantial sacia mi alma de satisfacción infinita”. (Por Azor)

Sólo desarrollan real devoción las almas que están en un camino espiritual verdadero. Las almas que en esa su búsqueda de la verdad han experimentado la presencia del Espíritu Universal de Vida en toda la creación, las almas que han comprendido que la causa, el origen y la razón misma de nuestro transitar por la vida, de existencia en existencia, es el espíritu divino y eterno que mora en nosotros y que está conectado al Padre Universal mediante un lazo indivisible que va haciéndose cada vez más poderoso a medida que se desarrolla la devoción, que es el medio de fortalecer nuestra conexión con Dios.

Fuente: LA PATRIA
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